24. "Aún te amo"

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Narrador omnisciente:


De drama era la situación vivida en las afueras de la enfermería de Hogwarts. Mcgonagall se encargó personalmente de echar de la zona a todo aquél que no tuviera relación personal con Harry, pues despertaba mucho interés del bochinche escolar. Por ende, estaban por un lado Wood, Fred y George, representando al equipo de Quidditch. Por otro, Ron, Neville y Luna observando a una Hermione más tensa que nunca; caminaba y caminaba de un lado al otro con evidente nerviosismo. La situación era de incertidumbre con respecto a la salud del ojiverde de lentes.

Pomfrey no permitió el ingreso de nadie, absolutamente nadie, hasta que, supuestamente, la situación mejore. Todo hacía pensar que el asunto tenía rasgos críticos.

- Por favor, Mione, tranquila - imploró Ron tratando de detenerla. Mala idea. Aires tensos se respiraban.

- ¡Cómo quieres que me tranquilice! - lo encaró sin pereza. - ¡No tengo ni idea de cómo está la salud mi mejor amigo y no me dejan verlo! -. Comenzaron a caer lágrimas lentamente por sus mejillas. Ron quedó perplejo. 

Al tiempo, Luna se acercó por detrás a la castaña. La tomó de los hombros y la miró directamente a los ojos.

- Hermione, tranquila, todo estará bien - le dijo a la agitada. La Granger no podía creer cómo ella lograba tranquilizarla con el simple hecho de escuchar su voz, la armonía brindada era divina. Tanto así, que por unos segundos olvidó todos los recelos (por más tontos que sean) que tenía hacia la rubia. Ron se desentendió de la situación y dio un paso atrás mientras la ojiazul continuaba con su intento de ayudar a la ojimiel.

- Inhala, exhala - decía en modo imperativo haciendo lo propio. Bastó unas cinco o seis veces para lograr una cercanía a la tranquilidad. Aún así, era imposible sosegar a la castaña por completo en la situación en la que se encontraba.

- Gracias - agradeció sin proferir su nombre.

- Ningún problema - respondió limitándose a no sonreír.


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Narra Hermione:


Impactante como con tan solo escuchar la voz de Luna, la tranquilidad me invadía. Logró que olvidé que estaba enojada con ella. De igual manera, no era momentos para reproches; Harry estaba mal y no cambiaba nada. 

Seguidamente, Ron se acercó de nuevo a mi y me abrazó por la derecha en un intento de consuelo. Necesitaba ello. Me volqué sobre él y me refugié en sus brazos mientras me tranquilizaba y, de alguna manera, me acariciaba el alma. Cerré los ojos intentando hacerme creer que todo era un sueño, que todo era ficticio y no era real. Quería despertar de la pesadilla.

Fue entonces, con distancia de instantes, que escuché los pasos acelerados y las voces de James y Lily.

- Por aquí - señalaba James la entrada de la enfermería. Salí de mi regocijo al percibir sus presencias. O ni siquiera nos vieron o estaban tan preocupados que decidieron no saludarnos, pues eso hicieron. Los miraba preocupada.


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Largos minutos después, sentada en el suelo mirando a la nada, percibí los pasos de James y Lily saliendo de la enfermería. Enseguida, me puse de pie y todos pusimos atención a ellos. Mi miedo y choque incrementaron a la hora de ver a Lily lagrimeando, contenida por James. A él también se le notaba en un alto grado de preocupación luego de ver a su hijo.

¡Hermione, sabes que me gustas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora