Capítulo 18 Los cazarecompensas de Jabba

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Han pronto se camuflo entre las demás personas que estaban en la cantina.

Había entrado en la famosa cantina de Moz Eisley para intentar comprar la valiosa pieza "ilegalmente" de quien estuviera dispuesto a vender una sin preguntas.

Si, habían aterrizado en Tatooine.

El caluroso lugar era por sí solo peligroso para quedarse allí un rato, sobretodo para una persona como Han.
Sus deudas con el poderoso gángster Jabba el Hutt le hacía tener que estar alerta de que ninguno de sus secuaces lo viera, pues de lo contrario probablemente se metería en problemas más difíciles de salir si no lograba escapar.

Antes de pasar a la cantina, buscó en algún puesto de chatarra la pieza que necesitaba, no logró nada. Lo único que supo de uno de los vendedores es que habían unos tipos que tenían en su poder piezas de dudosa procedencia de diferentes naves, y entre esas, quizá la que necesitaba.

Le informaron que posiblemente estarían en la cantina después de dar una pequeña "recompensa" por la información, sin preguntas, claro.

Empezó a comparar a quienes estaban allí para ver si alguien coincidia con la descripción que le dieron.

– Una twilek y un humano. Los dos vistiendo ropa negra y con blasters a la mano.

*Que gran ayuda*– Pensó Han sarcásticamente –*como si no fuera común en una cantina de mala muerte.*

Poco tiempo después, en el que Han casi recorrió la cantina entera con una capucha para que no lo reconocieran, vió a quienes le habían informado.

Se acercó a ellos. Cómo había dicho el sujeto del puesto, vestían ropa negra. Había un blaster encima de la mesa junto con dos tragos para ambos respectivamente.

– Escuché que tienen piezas para naves. – Han habló con su "voz de comerciante" frente a ellos.

– ¿Qué quiere? – Habló el humano.

– Requiero de una pieza para el hiperpropulsor de una nave modelo YT-1300.

– ¿Quién lo solicita? – Preguntó la twilek.

– Eso no importa – Inmediatamente Han dejó un soborno en la mesa.

La twilek tomó el dinero con una sonrisa. Sabía perfectamente que recibiría un soborno por no obtener respuesta.

– Creo que tenemos la pieza que necesita, el precio lo discutiremos después, mientras tanto, síganos.

Momentos después, los tres contrabandistas salieron de la cantina para dirigirse a lo que parecía ser una plataforma de aterrizaje bastante pequeña, quizá por eso no era utilizada.
En el suelo, se podían ver variadas piesas de naves diferentes exparsidas por todo el lugar, y entre esas, la que Han necesitaba.

– Cuánto costará esa – Han apuntó a la pieza.

– Que le parece si nos entrega el doble de la recompensa por su cabeza.

Han tragó seco, era una trampa.

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¡Feliz Año Nuevo!
Para todos mis lectores, les deseo un nuevo año muy bueno y espero que sigan pasando bien el resto de la noche.

Se despide afectuosamente:

Moonarmi_Star

El príncipe contrabandista y el príncipe JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora