Capítulo 27

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Han a penas llegó preguntó por Luke un tanto preocupado, recibiendo como única respuesta un gruñido molesto detrás suyo.

- ¿¡Cómo te atreves a mentirnos!?

Sin embargo no era Luke, sinó su hermana gemela, Leia.
No podía decir si se sintió aliviado por no confrontar directamente a Luke o si se estremeció con miedo al verla a ella en su lugar, pero ninguna era razón para tranquilizarse.

- Eh, ¡Ah! L-leia. Cuánto... ¡Tiempo! - se mostró atónito al ser levemente levantado cuando Leia lo tomó de la camisa que, por cierto, aún tenía algunos rastros de sangre por sus heridas.

- ¡Déjate de juegos, Solo! - Leia realmente estaba molesta.

- Leia, por favor, déjalo.

Han observó que su esposo se aproximaba hacia ellos, con un gesto más o menos calmado.

- ¡Pero, Luke!

- Por favor, tenemos que hablar - llegó a su lado.

- Está bien - Leia suspiró y soltó a Han, no sin antes dirirgirle la mirada de odio más profunda que pudo.

Ella se fue de allí, dejando a los dos esposos en el espacio libre de una cabina.

- Luk-...

Fue interrumpido por la mirada decepcionada del de cabello rubio. Se sintió terriblemente mal, sin embargo el otro suspiró y se aproximó a él, aparentemente, sin tristeza o enojo.

- Lando nos contó lo que pasó, el porqué nos engañaste y también un poco de tu historia - se detuvo unos segundo para después seguir - creo que puedo entender tu situación y lo demás, aunque será difícil volver a confiar en ti.

Al estar ya frente a él solo tomó su mano y lo condujo hacia unas cajas en las que hizo que Han se sentara para poder limpiar y curar las heridas que por el tiempo y el poco cuidado que recibieron se empezaban a infectar.

Quizá no tenían que hablar con palabras en ese momento, el silencio conducía mejor los pensamientos de ambos y así los dos podían conversar sin mentiras.

Después de todo, Luke era un jedi, eso tenía que ser muy posible.

Ahora parecía que tendría mucha más libertad.
Jabba ahora estaba muerto y dudaban mucho de que alguno de los sobrevivientes que seguramente se quedaría con el antiguo trono del gángster quiciera vengarse de Han.

-De hecho deberían de agradecerte- mencionó Lando -pero yo no lo haré, maldito idiota.

-Vamos, ya pasó un buen tiempo desde eso- sin duda el de las capas seguía enojado con Han por todo lo que le hizo pasar.

-Dos pares de meses, exactamente- aún así, Luke seguía al lado de Han.

No era por obligación o por los caprichos ajenos, no, esta vez todo era diferente, para ambos un nuevo comienzo.
Ya que el pequeño jedi no podría mentir, en que después de estar horas y días escuchando al antiguo contrabandista hablar de sus azañas y tristezas, bastante tiempo compartiendo con él sus más terribles momentos y abriendo su corazón lo más que pudo, al final, había terminado más enamorado de Han Solo.

Para Han era igual.
Desde que su condena fue permitirse ser escuchado por su esposo, dejando expuestos sus delirios de grandeza y sentimientos que anhelaba ocultar, la presencia de ese candado que cerraba su herido corazón fue destruido y así con él sus atemorizantes miedos.

Y al igual que Luke, se enamoró más del hermoso ser que había decidido mantenerse junto a él por cuenta propia.

¿Qué podían decir?

Semanas conviviendo a diario sin la vergüenza inicial hizo que poco a poco su enamoramiento se convirtiera en amor y no solo fantasías. Tanto que incluso al final se perdonaron mutuamente por grandes y pequeños errores.

Tiempo después terminaron siendo un verdadero matrimonio más allá del que les había sido impuesto.

Agradecidos por haber obtenido el desenlace prometedor de su farsa y un comienzo esperanzador, ahora veían con verdadera alegría a su al rededor por estar juntos. Tal vez terminarían muy alejados de sus antiguos propósitos pero, qué importa, si deceaban explorar el universo lo harían sin importarles los demás.

Amándose en silencio observaban los bellos paisajes que el planeta en el que casi habían chocado les proporcionaba.

Después de admirar un buen rato regresaron al Halcón, iniciando la reparación de sus partes fallidas y mientras que Chewbacca buscaba fuera de la nave que Han tanto apreciaba algo que pudieran usar a su favor, los dos casados se dedicaban dulces y graciosas frases llenas de amor.

- ¡Hey! Lo he estado pensando y... ¿Quieres ser mi príncipe, pequeño jedi?

- Sería un honor, contrabandista.

- Podría ser tu príncipe si me lo pidieras.

- ¿Un príncipe contrabandista? Creo que no suena tan mal.

- Perfecto, mi querido príncipe jedi.




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Agradezco mucho el apoyo que le han dado a esta historia, realmente me ha fascinado el apoyo que ha tenido a pesar de no tener tan buena redacción en algunas partes u ortografía de primera.

Pues este es el final del "libro" que tardé aproximadamente 3 años escribiendo.
Estoy casi totalmente satisfecha con el desenlace.


De nuevo, muchísimas gracias por haber leído y esperar pacientemente una nueva actualización, es un honor para saber que les gustó esto que he escrito.

Así que sin más que agregar, me despido.

Moonarmi_Star

El príncipe contrabandista y el príncipe JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora