27

93 4 0
                                    

POV KYLE

Sin querer, salí del recuerdo, escupiendome de nuevo en la habitación.

Yo era un ángel, que amaba a una tal...

—Kira— dije y más recuerdos se desplegaron, fui hacia uno que me llamó la atención, un bosque, una roca solitaria y un niño con alas que tenían el mismo color que de las que tenía en mi recuerdo anterior.

Ese recuerdo, se miraba mucho como aquellas historias que me contaba mi madre. Entre al recuerdo, y esta vez lo vi desde tercera persona.

Miré hacia arriba dándome cuenta de las siguientes palabras:

"Vida #1 de Jofiel: sus alas no fueron retiradas, sus recuerdos han sido retirados; su secreto esta bien protegido por el prototipo #34 de la lista."

Me escondí detras de un árbol al sentir como el pequeño niño -que era yo- volteaba a mi dirección. 

Miró a sus lados, asegurandose de que nadie estuviera ahí, desplegó sus alas y corrió brevemente para luego emprender en vuelo, a pesar de no ser yo el que estaba dentro del niño, sentía esa hermosa sensación del viento pegando en mi rostro, sintiendo como se llevaba mi cabello hacia atras. Vi como una pequeña niña de casi la misma edad que el niño se venía acercando cuando él bajó, la niña estaba ditraída pero aun así vió a aquel niño, donde dió vuelta y corrió en dirección contraría a donde estaba el pequeño.

Corrió sin rumbo, y yo la seguí por entre los árboles, me detuve un momento al ver que había un acantilado a pocos metros, miré al niño que venía corriendo detras de ella, se dió cuenta del acantilado y corrió lo más rapido que pudo, la niña cayó, una caída libre ya que no se escuchó ningun golpe.

El niño por su parte voló en dirección de la niña y se lanzó de picada, toamando como pudo a la niña con sus pocas fuerzas entre sus brazos.

La dejó en el suelo, ella temblaba de miedo, y se recorría hacia atras, arrastrandose.

—Oye espera, no te haré nada— dijo él para que ella lo escuchara —, por favor, no le digas a nadie de esto— miró sus alas.

—¿Qué eres?— preguntó ella tratando de entrar en confianza.

—Soy un niño, simple y común con unas anormalidas, un par de enormes alas.

—Eres como un ángel— dijo ella acercándose —, ¿puedo tocarlas?

Él asintió, ella se apresuró y llevó una de sus manos hacia una de las alas del chico, acariciandolas suavemente.

—Por favor, guarda este secreto, podrían hacerme algo malo si me vieran así, muchos le temen a lo nuevo— su mirada daba la tristeza que sentía.

La niña lo miró y sonrió en su dirección.

—Lo haré— dijo ella.

De nuevo el recuerdo me sacó, pero una sensación seguía en mi.

Ese niño, era yo, y la niña, era Karina. No podía creerlo, a pesar de todo si nos encontramos de nuevo.

Miré los demas recuerdos seguidos de este, pero estos tenían la diferencia de que no podía entrar en ellos.

Todos tenían algo an común, la historia de mamá.

—Ella lo sabía— dije, tratando de buscar una respuesta a esto.

—Sí— un chico de rasgos finos, piel pálida y unos ojos negros apareció a un lado de mi, lo miré en busca de una respuesta, me miró y suspiró —. El "prototipo #34" si no la conoces, te la presentaré; es tu tatarabuela, la cual, le contó esa historia a tu abuela, y tu abuela se la contó a tu madre; tu tatarabuela, siempre siguió al pequeño, dandose cuenta del gran amor que se tenían, no pudo hacer nada más, se reveló ante Dios y evito seguir sus órdenes, una noche, hubo un incendio, una cabaña se incendió con un niño y una señora de avanzada edad dentro. Moriste, la niña de diferente modo, murió, algo en ustedes, no dejaba que estuvieran juntos en ninguna de todas sus vidas.

—¿Qué hago aquí?— pregunté, el chico alzo su muñeca como si estuviera viendo la hora en el reloj inexistente.

—Bueno, tu tiempo se acabó, debes regresar a salvar a tu amor— dijo.

—Espera, ¿qué tenía que hacer aquí?

Volví a preguntar, el no me hizo caso y chasqueo sus dedos, haciendo que a mi alrededor se hiciera una especie de remolino que me hacía borrosa la vista.

—Tenías que saber quién eras— dijo, palabras que apenas logré escuchár.

***

Desperté, una cegadora luz me encandilaba, y un pitido a mi costado llevaba la cuenta de mis pulsos. Miré desconcertado a mi alrededor, a mi izquierda una ventana con las persianas cerrdas, y un carrito de medicamentos se posaba a mi derecha, frente a mi, un Harry cansado, con unas ojeras terribles y una Alexandra devastada.

—Chicos— hablé como pude, el cuerpo me dolía a pesar de no tener nada roto, al parecer mis heridas habían curado, Harry se levantó, y me miró sorprendido.

—Alex— dijo moviendola frenéticamente , ella se levantó tallandose los ojos.

—Kyle— dijo y corrió a mi abrazándome —creímos que nunca despertarías.

Me confundí, ¿cuanto tiempo había pasado desde el accidente?, Harry estaba más delgado y Alexandra tenía el cabello de un color diferente, no podían haber hecho todo eso en solo una noche.

—Llama a la enfermera— dijo Harry hacía Alexandra, la cual después de darle un beso a Harry fue por la enfermera.

—¿De qué me perdí? ¿Cuánto tiempo pasó? ¿Dónde esta Karina?— tres preguntas a la vez, dos que hicieron reír a Harry y otra que le hizo borrar la sonrisa.

—Pasaron un año y medio, entraste en coma, Alexandra y yo, bueno, somos novios y Karina...

—Harry— dijo Alexandra entrando después de la enfermera —, acordamos que no le diríamos hasta pasar un poco más de tiempo.

—Nos dejarían un momento— dijo la enfermera, cosa a los que los chicos le hicieron caso, dejándome con una preocupación en mi mente...Karina, ¿qué le había pasado? Y, ¿a qué se refería ese chico? Llevé una de mis manos hacia mi cabello que estaba ahora más largo, rasque con delicadeza mi nuca y recorrí hasta llegar a mi cara donde sentí una herida que estaba cicatrizando en mi frente.

El recuerdo de la caída me hizo recordarlo, Karina gritando mi nombre, tal vez de ayuda o de dolor por la estupidez que había cometido, después de eso, recuerdos de otras vidas, Kira siendo desterrada y yo sin hacer nada. Ví otra vida, pero aun así me encontré con Kira.

A pesar de todo de alguna forma nos íbamos a volver a encontrar.




~~~



Se despide:

Clarisa :3







Mi Ángel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora