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Acomode el cuello de mi camiseta y salí de la habitación hacia la sala, donde se encontraba Harry esperándome mientras miraba la televisión.

–Harry– llamé mientras miraba el reloj de la pared, marcaban las 6:45pm.

El chico me miró, y me recorrió con la mirada.

–Eso es acoso– dije mientras le apuntaba –, es hora, vamos nos, debemos de pasar por las chicas.

Fui hacia el lugar donde estaban las llaves de mi moto.

–Cabemos cuatro en una– se levantó del sillón y camino a mi lado echando su brazo por encima de mis hombros.

–No quiero morir, y mucho menos que Karina muera– le dije apartando su mano de donde la tenía.

Tomé las llaves y salí con Harry siguiendo e el paso.

Me subí a la moto y la encendí, haciendo que aquel maravilloso sonido del escape.

Harry hizo lo mismo.

–Casa de Alex– le dije en cuanto estuvo a mi lado.

–¿Dirección?

–Hay no sé– rodé los ojos, ¿cómo se me había olvidado pedirle la dirección a Karina?.

Saque mi celular y marque, al tercer tono contesto.

–Dime.

–Dirección de la casa de Alex es... – dije, pronto ella entendió y me dio la dirección, colgué y le pasé la dirección a Harry.

–¿Carreras?– dijo mirándome con una sonrisa retadora.

–Ahora– grité y arranque.

Dejé que el viento se llevara mis pensamientos hundiendome en la adrenalina del momento.

Sin darme cuenta ya estaba frente a una casa de colo crema, la puerta café oscuro, era la casa de Alex.

A parque la moto y me recargue en ella esperando a Harry con el celular en mano.

–Eres lento– dije al sentir como se posicionaba a lado de mí.

–Cállate, que me tocaron semáforos en rojo– reprochó.

Él tiempo pasó, tal ves unos cinco diez minutos estuvimos esperando afuera cuando vimos la puerta abrirse dejando ver a Alex y detrás de ella a la hermosa Karina.

Con su estilo tan despreocupado pero a la vez cuidado sin dejar aquel tono que como ella lo identificaba como un tono rudo, el negro.

Sonreí al ver como se iba acercando hacia mí.

–Hola– saludé.

–Hola–dijo –, ¿nos vamos?

–Claro sube– indique separandome de la moto.

–Yo no pienso ir con él.

–Alex no empieces, sólo por hoy– dijo Karina.

–No– sostuvo su palabra.

–Bien, yo me voy con él y tú con Kyle.

No, si algo quería hoy era sentir los brazos de Karina rodeando me al sujetarse, no es que despreciara a Alex, pero quería sentir cerca a Karina.

–Bien– no tuve más opción que el aceptar aquella propuesta.

Harry se alejo de nosotros con Karina siguiéndole el paso. No aparte mi vista de ellos hasta que Alex habló.

–¿Cuándo le dirás?

–¿De qué hablas?

–Tú sabes de qué hablo, crees que no he visto cómo se miran entre ustedes– dijo su mirada llena de diversión.

–¿Cuándo le dirás a Harry?– dije, una pregunta tan estúpida que no se porque salió, nada que ver con el tema.

Vi cómo se sonrojo.

–¿Te gusta?– abrí mis ojos con incrédula sorpresa.

Su mirada bajó.
Tal vez el estar compartiendo tiempo con Harry en las escuela les ha ayudado un poco en mejorar su relación como amigos, hasta que llegó el día en el que él me confesó que le gustaba Alex, desde ese día ha hecho todo lo posible por hacer que aquel desprecio fingido de Alex se esfumara.

Asintió con pena.

–Tú secreto está a salvo conmigo– dije –, pero ya deja ese desprecio fingido, que está matando a aquel chico.

Le apunte a la moto que iba pasando por un lado de nosotros, por el sonido que tenía esta sabía que era de él.

–Sube– le dije después de haberme subido yo.

Subió y arranque llevándonos directamente a la feria.

Mi Ángel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora