Capítulo 4 - Parte II

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*Narra Sadie*

Me enamoré de él gracias a una sonrisa que me dedico una tarde-noche de Febrero mientras estaba en el salón de clases leyendo mi muro de Facebook:

Si pudiera ser la misma de antes y amarte mas que antes si pudiera regresar la película y cortar todos los cientos de errores cometidos, si pudiera hacer tantas cosas, tan solo abrazarte, no estaría aquí sentada tratando de tragar todos los recuerdos.

-Anónimo.

Con los oídos sordos por la música que sonaba a través de los auriculares no le escuche venir, no esperaba que se sentará junto a mi, nadie lo hacía jamás y él llegó como aparecen las estrellas en la noche, sin darte cuenta. Cuando levanté la vista, él me estaba mirando con curiosidad, pausé la música y lo miré a los ojos.

-¿Cómo te llamas?- Preguntó de la nada. Sin pena, sin titubear, sin quitarme su dulce mirada de encima y haciéndome sentir pequeña.

-Sadie- Respondí tímidamente.

-Yo me llamo Christopher.

Me tendió la mano derecha y la recibí sacudiéndola un poco. No estaba acostumbrada a conocer gente nueva pero sus manos son suaves, no son frías y me gustan. Empezamos a platicar acerca del horrible horario que nos esperaba en la universidad ese cuatrimestre y dos meses más tarde, en ese mismo salón, estábamos dándonos nuestro primer beso.

No sé por qué mi cabeza juega así con mis sentimientos, sigo sin entender que hace Christopher en la sala de espera con Ingrid. Quiero abrir los ojos pero no puedo, así que poco a poco, muevo mi mano y siento un calor abrazador sobre ella, como si respiraran sobre ella, y luego un beso.

-Sadie- Una voz pronuncia mi nombre como una oración. -Por favor, tienes que despertar-.

Siento como mi corazón se acelera ante la voz que me llama. Oigo el sonido de una maquina a mi derecha y nuevamente trato de abrir los ojos. Dios, esto es estresante, no me gusta la oscuridad, le tengo pavor y ahora no veo nada. Harta de intentarlo, me doy por vencida y mi mano se mueve por si sola, mis dedos se entrelazan con esa mano suave que tanto extrañaba. Mi cerebro entiende que tengo que abrir los ojos y poco a poco, la luz me invade y trato de acostumbrarme a ella; me suelta la mano y vuelve a tomarla. Cuando su mano tocó mi mano no pude articular palabra, mi mirada se alzo en busca de la suya y mi sonrisa delataba que me sentía como en casa. Al estar tan cerca de él, pude verme reflejada en sus ojos como muchas veces lo soñe; quería tener esa valentía de gritarle que lo quiero como a nadie más, que estos 730 días han pasado tan lento que hubo puntos de mi vida en los que no tenía ganas de continuar, sin embargo, su simple existencia me hizo sonreír... Y eso es algo que nunca sabré agradecerle...

*Narra Christopher*

Sadie abrió los ojos y la primera palabra que pronunció fue mi nombre. No pude sentirme más agradecido con Dios por esto. Intento mantener mi felicidad al margen pero no puedo, le sonrió como si fuera navidad y ella fuera ese regalo que quería; me sonrié de vuelta y su corazón empieza a latir con normalidad.

-Sadie- Digo con una sonrisa inigualable en mi rostro.

-Chris...- Dice con lágrimas en los ojos.

-No, no llores... Estarás bien, estas bien.

-Chris, no se que me paso, no podía respirar, sentí que me moría.

-Ni siquiera lo menciones, estas pasando por un momento muy duro, tu corazón tiene demasiadas emociones que asimilar.

-Nada de esto hubiera pasado sí yo no te hubiera dejado esa tarde

-Todo pasa por algo, ¿Recuerdas?

Tomo su mano entre mis manos porque se le gusta el contacto de su piel y mi piel y me inclino para besarla. Cerramos los ojos por inercia y cuando nuestros labios se están tocando, alguien abre la puerta.

*Narra Arturo*

Cuando llegué al hospital para recoger el cuerpo de Lux, vi a Ingrid acompañada en la sala de espera, tuve que mirar bien para darme cuenta que no era Sadie quien la acompañaba, era una señora de unos cuarenta y pocos con el cabello cobrizo y piel aperlada, idéntica a Sadie, pero ¿A quién esperaban? ¿Por qué no estaba Sadie con ellas? Me acerqué y me presente con la señora -quien dijo ser la madre de Sadie- para luego preguntar por ella.

-Esta ahi dentro- Respondió su madre.

-¿Qué paso?- Pregunte angustiado pensando lo peor. Ella me había prometido que no haría nada estúpido.

Di media vuelta y camine hacía la habitación, cuando entré, vi a alguien inclinado sobre Sadie.

Un chico.

Se estaban besando.

730 días [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora