Capítulo 11 - Parte II

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*Narra Sadie*

Mientras estoy encerrada aquí puedo casi recitar lo que dice la carta que esta leyendo Christopher así que trato de imaginar cual será su reacción; no quiero hacerlo sentir culpable ni mucho menos, pero lo que sí quiero que sepa y entienda es que no tengo intensión de dejarlo nunca más. Sea lo que sea que suceda, estaré con él como lo ha estado conmigo desde que intentó -o mejor dicho, intentamos- recuperar la relación que tanto soñabamos.

Cuando termino de bañarme no cierro la regadera y camino a la puerta para pegar la oreja y escuchar lo que sea que provenga de la habitación donde están Ingrid y Christopher; sé que está mal hacerlo pero mi curiosidad siempre ha sido más fuerte que yo.

Y espero.

Y nada pasa.

Ni siquiera el ruido de la T.V.

Camino hacía la regadera y cierro la llave, tomo 2 toallas, una para mi descuidado cabello y otra para mi desnutrido cuerpo. Al abrir la puerta solo percibo la luz de la mesilla que hay entre las dos camas que ocupan la habitación.

Me sorprende lo que veo al adentrarme más.

*Narra Mirza*

Trato de entender como es que mi hija ha caído tanto y luego me culpo por haberme ido. La taza de café que está frente a mi ha dejado de humear y mi abogado me dice que me tranquilice, que Sadie es muy madura. Yo lo se. Mi hija ha perdido, se ha caído y se ha levantado como nadie lo esperaba; pero lo que ella necesita es ser verdaderamente feliz.

Mi abogado se despide y cuando abre la puerta me encuentro con Ingrid y Christopher sonriendo.

-Mirza- Dice Ingrid muy animada -Necesitamos de tu ayuda.

-¿Mi ayuda?- Pregunto.

No dudo que Sadie está bien porque ambos están sonriendo.

-Sí, y es muy importante- Dice Christopher con seriedad en la voz.

Cuando terminan de contarme "el plan" no se si debo de reír o llorar.

-Me encanta- Digo verdaderamente maravillada. -¿Desde cuando lo tenías planeado?-.

-Estuve estos 3 meses en Europa, suficiente tiempo para sacar mis conclusiones- Me explica Christopher. -Todo se me ocurrió cuando estaba en Francia-.

-Es obvio que Sadie no sabe nada, pero ¿Dónde está ella ahora?

-En la habitación, Ingrid le dejo una nota diciendo que ella había bajado por una copa al bar con el polícia que conoció en el hospital y que yo tenía una llamada en recepción

-¿No creen que es algo obvio que están planeando algo juntos?

-Esperemos que no porque en verdad quiero que sea algo inolvidable y si imagina siquiera el más mínimo detalle, se echará a perder.

*Narra Sadie*

La habitación esta completamente vacía, no hay rastro ni de Ingrid ni de Christopher. Me sorprende encontrar esta nota de Ingrid que dice que bajo al bar a ver al sexy polícia que conoció en el hospital y Christopher bajo a recibir una llamada a la recepción así que nuevamente estoy sola.

Mientras trato de concentrarme en la T.V. mirando "La Vida es Bella" me pregunto sí los padres de Christopher sabrán que está aquí o simplemente salió despavorido de su casa en cuanto tuvo oportunidad y tomó el primer avión que salía de la ciudad. No, eso no, es muy cursi y no creo que eso pase. Igual y son ellos los que lo llamaron y ahora esta de nuevo en el aeropuerto tomando un avión de regreso.

Cierro los ojos con las voces de los protagonistas diciendo: "Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor. Y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad."

Esa noche sueño que Christopher es Guido y yo soy Dora, caminamos de la mano y yo llevo un vestido rosa un tanto extraño pero soy feliz y la sonrisa que aparece en mi rostro es genuina, nada de apariencias para distraer. Estoy sonriendo.

Cuando abro los ojos el reloj de la pared marca que son las 4:45 a.m., la T.V. está apagada e Ingrid esta profundamente dormida en la cama de a lado. Me levanto para tomar un poco de agua cuando veo un pequeño bulto acomodado de manera incomoda en el sofá de la habitación.

Christopher.

Me acerco y lo veo dormir, está sonriendo. Le acaricio el cabello para despertarlo.

-¿Qué pasa? ¿Te sientes bien?- Pregunta exaltado cuando me ve a su lado a esas horas de la madrugada.

-Sí, tu eres el que no parece estar bien -Digo sin detener mis caricias. -Ven a la cama conmigo-.

-Eso puede mal-interpretarse ¿Sabes?

-Lo se.

Le guiño el ojo mientras le tomo la mano y lo llevo a la cama conmigo. Una vez en la cama, me abraza y me duermo con la sonrisa con la que soñe.

*Narra Ingrid*

Quiero que ella no olvide esto jamás.

Christopher fue muy claro cuando me explico el plan por primera vez. No hizo falta que le prestará demasiada atención cuando se lo contó a Mirza, así que esta mañana quiero apresurarme para salir en busca del regalo perfecto.

Sadie no es muy madrugadora, nunca lo ha sido y dudo que hoy quiera levantarse a las 8 a.m. sólo para ver por la ventana de la habitación otra vez; así que me apresuro a tomar mis cosas haciendo el menor ruido posible para evitar deshacer esa escena tan cursi de la que estoy siendo testigo.

Salgo del hotel con dirección al centro comercial más cercano y pierdo un poco el tiempo entre tiendas de ropa y zapatos; mi idea no era comprar nada para mi pero salgo con dos pares de zapatos que en verdad, en verdad parecían hablarme.

Cuando dieron 9:30 a.m. la tienda que deseaba visitar acababa de abrir y fui la primera en entrar.

-Buenos días señorita- Me recibe una chica rubia un poco más grande que yo. -¿En qué podemos ayudarla?-.

-Buenos días- Respondo mientras busco el recorte de revista que Christopher me dio ayer por la noche. -Quisiera esto por favor.

La chica toma el recorte y me mira atentamente, me sonríe y desaparece en la trastienda. Pasados dos minutos regresa con una pequeña caja.

-Sólo hay dos de estos en existencia, uno está en Francia y el otro llego aquí, tiene suerte de que aún lo tengamos. ¿Lo apartará?

-No, me lo llevo por favor.

-Esta bien. Serían $25, 389.86 ¿Efectivo o tarjeta?

Sacó mi tarjeta y la entrego mientras admiro lo que acabo de adquirir.

Sadie va a volverse loca.

Cuando la chica regresa con mi tarjeta firmo el papel que me entrega y me entrega el regalo en una discreta bolsa.

-Muchas gracias- Digo al tomar la bolsa.

-Si lo ve por dentro, tiene una inscripción que dice "Por siempre mi amor eterno", piense muy bien a quien lo entregará- Me dice la chica sonriéndome.

-Créame, este anillo de compromiso es para un amor que si será eterno.

730 días [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora