Capítulo 1.

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Una noche más de mi vida transcurría y mi teléfono no dejaba de sonar, un mismo nombre aparecía en la pantalla o al menos eso pasaba hasta que lance el teléfono hacia la pared más lejana de mi habitación, no quería escucharlo, eso aún me hería, a pesar del inevitable paso del tiempo.

Cuando dejo de sonar, me acerqué poco a poco hacia la pared para recuperar el celular, estaba intacto, como si no me permitiera destruirlo hasta que contestará esa llamada. Cuando lo tomé entre las manos, volvió a sonar pero era un mensaje.

"Sadie, contesta el teléfono. No puedes evitarme toda tu vida"

-Sí, sí puedo- Dije mirando al teléfono como si me entendiese.

Consciente de que él sabía que había recibido su mensaje, me dispuse a poner el celular en modo vibrar para evitar ser molestada. Me metí a la cama y esa noche, soñé con él.

Cuando desperté, tenía 6 mensajes, 10 llamadas y dos mensajes de voz. Juro por Dios que quería eliminarlos pero no podía, me carcomía el alma saber qué demonios quería de mí, porque después de todo ese tiempo volvió a buscarme como si nada hubiera pasado. No abrí los mensajes, sólo los de voz, mataba por escuchar su voz, por escucharlo decir mi nombre en mi oído aunque fuera a través de un auricular.

"Hola Sadie, supongo que no hace falta que diga quién soy aunque hace ya mucho tiempo que no hablamos. Tenemos cosas que decirnos, esto no pudo acabar repentinamente, me di cuenta muy tarde... Perdón"

¿Qué carajo? ¿En verdad se disculpaba por terminar repentinamente? ¿Cómo puedo decirle que fue él quien me destruyo cuando yo me aleje por decisión propia? Lo abandoné y eso me hace una perra.

¿Sí? ¿No? Sé porque lo abandone, pero no sé porque sigo sintiendo amor por él. Guardé ese mensaje, y me dispuse a escuchar el segundo:

"Sadie, por favor, contesta esta llamada, no me hables, sólo escúchame"

También guardé ese mensaje de voz, los mensajes escritos sólo relataban motivos por los cuales debía contestar esas llamadas. Los ignore todos, porque necesitaba mi espacio y Christopher lo estaba invadiendo. Envié un texto a Ingrid, mi amiga fiel que es como la hermana que todos deberían tener; necesitaba contarle todo esto. Cuando vi su nombre en la pantalla, contesté automáticamente, no quería dejar pasar más tiempo.

-Christopher me está buscando- Dije sin saber si realmente era ella quien aguardaba del otro lado de la llamada.

-Hola sí, ¿Cómo estás? Oh que bien, espero que esa espalda tuya no esté dándote problemas

-Lo siento, es que en serio estoy desesperada.

-Vamos, desahógate

Le conté de las llamadas a todas horas, los mensajes escritos y los de voz, todo para que ella pudiera elaborar una teoría sobre su repentino interés por mí.

-Es obvio que tienes que responder, no puedes negar que sigues sintiendo algo por él y este es el momento de averiguar todo.

-No sé si estoy lista. Mírame ahora, Sadie Parker, una chica promedio de 20 años, con pecas en la cara, que tiene el cabello enmarañado y los ojos hundidos, la loca que habla con los teléfonos móviles porque su ex novio la está buscando para Dios sabe qué plan maquiavélico.

-Ya pasaron dos años Sadie

-Ya se, ya se, veré que puedo hacer... Te mantendré informada

-Está bien

-Adiós

Cuando corte la llamada, tenía otro mensaje de texto. Ni siquiera me moleste en abrirlo, en su lugar, encendí la laptop y actualicé mi estado de Facebook:

"Y tal vez deberíamos olvidarnos. Y quizás sí y ojala no".

Pasaron largos minutos de perder el tiempo viendo actualizaciones sobre mis amigos y artistas hasta que llegó un mensaje privado:

"Y tal vez deberías responder mis llamadas. Y quizás te olvide y ojala no".

Me quede mirando la pantalla hasta que mis ojos ardieron y después de meses de ocultar el dolor, rompí en llanto.

Mi relación con Christopher fue preciosa en toda la extensión de la palabra. Él era atento, fiel, tierno, cariñoso, amable y yo... bueno, me conoció en una etapa de mi vida donde ser la mejor persona no era mi prioridad. Se pasaba el día haciendo cumplidos sobre mi forma de ser y yo lo ignoraba; era obvio que él sería el mismo infeliz en algún punto de la relación sí yo seguía siendo una perra insensible con él. Cuando sentí que lo perdía, cambiaba mi forma de ser y entonces me transformaba en una perra aún más perra, manipuladora, desquiciada y celosa, le absorbía su tiempo justificando mi comportamiento con inseguridades inexistentes.

Así que cuando decidió ser él la persona indicada para romperme el corazón, lo maldije, lo odiaba a pesar de que yo era la única culpable de su venganza, me comprometí a cambiar, pero ya era demasiado tarde. Sabía que me quería y me fie de eso para jugar con sus sentimientos, así que lo abandone, sin decir una palabra deje de asistir a la universidad y huí a otra ciudad en busca de comprensión, pero los fantasmas de mi pasado no me dejaron vivir en paz y tuve que regresar, al lugar donde el fuego que yo misma había provocado estaba comenzando a quemarme.

No mencione nada de mi regreso a nadie, excepto a Ingrid, quien se encargó de dejarme en claro que, mi brillante idea de recluirme en mi habitación hasta el final de los tiempo era una completa estupidez. Desde entonces, no sé cómo, pero Christopher se enteró y en todo momento me llama, insiste en que nos veamos y quisiera aceptar, me muero por verlo, pero mi orgullo me detiene.

Dicen que el tiempo sana las heridas, pero en mí, las abrió aún más...

Esa noche, cuando deje de llorar como una posesa frente a la pantalla de la laptop me decidí a contestar la primera llamada o el primer mensaje que proviniera de Christopher.

Pasaban de las 2 a.m. cuando me quede dormida y la llamada jamás llego. Me lo tengo merecido.

Quedaba claro que el ignorarlo sólo provocaría que él me ignorara más, y eso me estaba matando. A las 9:00 a.m. de un sábado de Septiembre mi teléfono comenzó a sonar, maldije levemente hasta que vi el nombre en la pantalla:

Christopher

Había llegado el momento, tenía que enfrentarlo, aclaré mi garganta y cogí el celular en mi mano, cuando deslicé mi dedo por la pantalla para contestar una voz penetro en lo más profundo de mi cerebro y me calo los huesos.

Sadie.

Era su voz, no era un mensaje guardado en mi buzón, era su voz en tiempo real.

730 días [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora