Capítulo 12.

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Una vez en el auto, Ingrid manejó hasta la casa de mi madre. Estaba enojada porque no me había cuidado al tener relaciones con Arturo pero por la emoción del momento fue lo último en lo que pensé pero no creo que fuera solo eso lo que le preocupaba.

-¿Qué pasa?- Preguntó cuando nos detiene una semáforo en color rojo.

-Me preocupa la reacción de Christopher, me preocupa que te lastimen, que tu lastimes a alguien- Respondió Ingrid después de un largo y profundo suspiro.

-Estoy muy confundida. Ahora no quiero pensar en eso, solo quiero saber que es lo que mi mamá considera importante que sepa.

-¿No te dio ni una pequeña pista?

-Es una caja

-Espero sea un pastel, muero de hambre.

Al llegar a casa de mi madre, le pedí las llaves al portero. Una vez dentro, entramos juntas a la cocina para ver una caja color azul con unos 30 centímetros de alto, un gran moño adornaba la tapa y junto a ella, una nota con la pulcra caligrafía de mi madre:

Esto te será útil en estos días que no esté. Diviértete, sal y disfruta.

Dentro de la caja habían unos zapatos de tacón alto, un pantalón blanco y una blusa color uva. Mi madre sabe algo y lo quiero averiguar.

-¿Ropa?- Preguntó Ingrid.

-Estoy casi segura de que mi madre sabe algo acerca de Arturo- Respondí.

-¿Qué tiene que ver Arturo con que tu mamá te haya dejado ropa en una caja?

-Hoy saldré a cenar con Lux y su familia.

-Ok, dijiste que me invitarías a comer si te acompañaba. Tengo el estomago vacío como para escuchar esta historia.

Salimos de la casa y tomamos rumbo al centro, a la terraza de nuestro restaurante favorito, pedimos un plato de pasta cada quien y una copa de vino y comenzamos a platicar de lo que Arturo me había dicho la noche anterior; los gestos en la cara de Ingrid hacían que yo no pudiera procesar todo el material que tenía en mi cabeza así que sólo me límite a decirle lo más relevante. Al terminar eran las 5:30 y yo apenas y tenía tiempo de llegar a mi casa y arreglarme antes de que Arturo llegará por mi. Ingrid me dejo en mi casa y tomó un taxi hacía la suya; puse música mientras me bañaba y meditaba que era lo que haría más tarde cuando los padres de Lux y Arturo me preguntarán qué pensaba de la propuesta de su hijo, estaba siendo demasiado orgullosa para admitir que sentía muchas cosas por Arturo, pero frente a sus padres mi orgullo podría perecer y saldrían a relucir mis verdaderos sentimientos. Mientras más se acercaba la hora, más tranquila me sentía, hasta que el timbre de la puerta me sacó de mi zona de confort.

-Sadie- Gritó la voz de Christopher. -Sé que estás ahí, abre la puerta-.

Me quedé paralizada sin entender que es lo que estaba pasando, así que cerré mi bata de baño y caminé hacia la puerta.

-¿Qué quieres?- Pregunté en un tono de voz más cortante que había escuchado salir de mi.

-Quiero hablar contigo

-Estoy por salir, tienes 3 minutos

-Sadie, no seas así... Sabes que no dije nada porque no sabía que era lo que tu querías escuchar, no quería lastimarte con mis palabras, eres lo más importante en mi vida y no quisiera perderte y además, te amo y me amas y no se de nada más fuerte que el amor para sobrellevar una simple diferencia

-No era lo que yo quería escuchar, era lo que tú tenías que decir, no puedes andar por la vida diciendo lo que la gente quiere escuchar en lugar de decir lo que realmente piensas.

Estaba cerrando la puerta cuando Christopher puso el pie y me dijo con los ojos cargados del dolor de la traición que ni siquiera conocía.

-Yo te amo... Dime que me amas y me voy. Me voy y te doy tu espacio para que recapacites esto, no podemos simplemente decirnos adiós, otra vez.

-Te amo Christopher.

Dicho eso, cerré la puerta.


Arturo llegó puntual por mi, en el auto de sus padres y mientras platicaba con Lux, Arturo sonreía y me tomaba de la mano discretamente; al llegar al restaurante en una zona alta de la ciudad, Arturo me ayudo a bajar, para después ayudar a Lux quien llevaba una blusa de manga larga y debajo podía verse una venda.

-¿Qué ocurrió?- Le pregunté al oído mientras entrabamos al restaurante.

Con sus manos hizo un corazón para luego separarlo. Tenía la piel y el corazón roto. Mientras meditaba el menú comencé a ponerme nerviosa, un frío me recorría la piel de las piernas y me enfoque en el platillo que pediría; el mesero llego a tomarnos la orden y cuando se fue, las preguntas acerca de la propuesta de Arturo me bombardearon.

-Estoy considerándolo- Dije en voz alta para mi sorpresa y al parecer la de todos los que ocupaban la mesa.

Mientras el padre de Arturo interrogaba a su hijo acerca de su reacción, mi cabeza se nubló, me disculpe y me levanté de la mesa con camino al baño del lugar. Al entrar me encerré en un cubículo y comencé a pensar en lo que acababa de decir, había dicho frente a los padres de Arturo y Lux que estaba considerando la propuesta. Huir. Huir con una persona a la que quiero de los demonios del pasado, pero entonces el rostro de Christopher aparecía en mi cabeza, repitiendo sus palabras, torturándome el alma.

No negaré que Christopher y yo tuvimos esa conversación y que había dejado que los nudos que sentía en mi garganta se disolvieran y la mentira más grande de todas salió de lo más profundo de mi cuerpo sin descaro alguno. Esto no era más que el análisis de un corazón decepcionado, porque no sabía como explicarle que quería a alguien más y que la atracción por Arturo era inevitable y que sus besos me hacía girar sin fin, me hacía ilusionarme, crear ideas de bendiciones y tragedias; pero la duda que no resolví es ¿Qué procedía para mi? Su mirada agridulce me partió los esquemas y es porque yo solía entregarme completamente, veía el sol hasta en la oscuridad sin darme cuenta que hasta las cosas hermosas como lo es el brillo del sol tiene un final. En cuanto mis labios se rozaron con los de Arturo pensé "algo se rompió aquí", ese sentimiento que tenía por Christopher era el miedo a la soledad, me enamoré porque lo necesitaba, creí amarlo porque me sentí amada, pero al estar en el regazo de Arturo comprendí que ese cosquilleo que tenía con Christopher no era más que nervios de verlo nuevamente; la primera gota de amor sincero que percibí de Arturo es que él se enamoró de mi cuando pasaba por uno de los peores momentos de mi vida, estando encerrada en un trauma y me estaba ayudando a salir. Desde que conocí a Adrían no quería conocer a nadie más y no estoy mintiendo, me enamoré de la imprudencia de Arturo pero aún quiero a Christopher, porque tenemos un pasado, pero ¿Qué ha pasado conmigo? ¿Con el amor que creí tenerle? Las razones no son procesadas por mi mente, me siento desconcertada. Me encerré en esa clínica para olvidarme del pasado, de todo lo que me estaba atormentando y aunque quiera aceptarlo o no, parte de la culpa de estar ahí era de Christopher, gracias a él conocí a Arturo; no, yo no deseo regresar al pasado, ni mucho menos en aquel momento en que descubrí que tenía cierta felicidad a su lado; si, fui feliz a su lado, realmente lo fui, pero hoy deseo mirar un nuevo presente, y que mis silencios estén llenos de ideas sobre mi misma, no sobre alguien más, no quiero más decepciones, y no es que vaya a dejar de quererlo, jamás podré hacerlo pero, esta noche, aquí sentada con la familia de una persona que me quiere a pesar de mis demonios, entierro todas esas palabras que un día quisimos decirnos, todas esas palabras que se quedaron en mi garganta y en su garganta, esta noche será de tragedia porque intercambio el amor por una amistad porque mis últimas palabras para él fueron un "te amo" que no sentía en realidad...

730 días [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora