Capítulo 2.1 - Parte III

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24 de Septiembre por la mañana.

*Narra Sadie*

Por fin llego el día que nunca creí que llegaría.

Estoy sentada frente al mismo espejo en el que una vez mi madre me dijo que el amor verdadero si existía a pesar de que su relación con mi padre no había funcionado como a ella se lo habían prometido, estoy sentada viendo como ya no queda rastro de las heridas que tenía hasta hace poco.

El día de mi cumpleaños, Christopher y Arturo hablaron por teléfono y se dijeron todo lo que se querían decir sin el temor de sentirse agredido físicamente por el otro. Esa noche me lo contó poco antes de que llegáramos al bar donde celebraríamos mi cumpleaños número 21 con un grupo más reducido del que nos acompaño en el Palace a la pedida de mano sorpresa. No supe que decir, comprendía y sentía el odio que sentía Christopher por Arturo después de todo lo que paso entre nosotros y no pienso justificar las acciones de Arturo como celos, lo suyo era un amor enfermizo y no siento nada por él, ni pena, ni lastima; no retiraré los cargos como él quería que lo hiciera, incluso no le otorgaré ese perdón que necesita para estar tranquilo y que su alma este en paz. Él sabe como me hirió tanto física como emocionalmente y difícilmente perdonaré esas acciones, con que este pagando todo el daño que me hizo alejándome de mi familia, estoy tranquila, no feliz, porque estar preso debe ser lo peor del mundo, pero al menos tranquila de que él no podrá hacernos más daño. Ingrid estaba molesta con Christopher por haber tomado la llamada pero Santiago la tranquilizo diciéndole que estuvo bien porque con las palabras que dijo pueden hacer que le prohíban las llamadas para que ya no nos moleste más, solo así dejo de maldecir. Hasta ella estaba más cambiada desde que las cosas habían mejorado, así como una canción puede mejorar tudía, una persona puede mejorar tu vida y la prueba estaba en que mi mejor amiga y yo estábamos pasando por las mejores etapas, y tal vez si, yo iba más a prisa pero con ella a mi lado en todo momento, no me preocupaba el futuro. Entre mi familia, mis amigos y ahora mi prometido, mi vida había dado un giro total, la ruleta que me mantenía abajo ahora subía poco a poco y conforme voy subiendo, la felicidad inunda mis pulmones como el mismísimo aire que respiro. No tengo nada de que dudar ahora y aunque muchas personas no consienten que me case a esta edad, mis padres estuvieron de acuerdo y Christopher verdaderamente ha demostrado que es una persona responsable y comprometida con lo que hace.

Son las ocho de la mañana y mi madre ha contratado a un equipo de estilistas que nos arreglaran a todas en esta casa, mi padre por supuesto, estará listo en 30 minutos, pero nosotras tenemos tantas cosas que pasar antes de que dé la hora de la ceremonia religiosa: uñas, peinado, maquillaje, sesión fotográfica y entre todas esas cosas tenemos que comer para no desmayarnos en el intento. Mis nervios no me dejan tranquila y decido que las primeras que deben ser arregladas son las damas y mi madre, yo solo quiero dormir 5 minutos más.

-Sadie, debes mantenerte despierta- Me dice Ingrid dándome unas palmadas en mis piernas perfectamente depiladas.

-Estoy... despierta- Digo bostezando. -Es solo que no puedo mantener los ojos muy abiertos-.

-Sí no abres los ojos, te lanzaré a la tina con agua helada.

Ante esas amenazas no puedo hacer nada más que intentar abrir los ojos e intentar dormir así, como si fuera un fenómeno.

-Ya, ya, estoy despierta- Digo levantándome de la silla y saliendo de la habitación que ha sido acondicionada para las estilistas y voy a la cocina en busca de algo que me mantenga despierta por las siguientes 16 horas. Abro el refrigerador y veo una caja de leche de chocolate, me escondo tras la puerta y bebo directo del envase.

-¿Que haces?- Pregunta mi madre desde la puerta de la cocina.

-Pensando en las posibilidades de quedarme dormida en la sección de vegetales del refrigerador- Respondo escondiendo la leche dentro del refrigerador nuevamente.

-¿Qué tal la pasaste anoche?

-Pensé que una despedida de soltera consistía en hombres desnudos bailando frente a ti mientras bebías alcohol de su boca.

-¿Y no?

-¡NO!

Comienzo a reír muy nerviosa pero es obvio que nada de lo que imaginaba que pasaría paso. Fue una tarde/noche tranquila donde hubo mucho tequila y buena compañia. Mi madre no pudo asistir pero dejo su regalo con Ingrid. Una infinidad de lencería en diferentes tamaños y colores llenaban las bolsas de colores que se colocaron en una mesa cercana a los bocadillos.

-¿Entonces?

-Solo tengo una resaca infernal.

-Ve a recostarte, yo te llevo un café.

-Ingrid me lanzará a la tina y sabes que ella sí...

-Sí cumple lo que promete, lo se. Hablaré con ella.

Salgo de la cocina balbuceando que Ingrid es inmune a todo el maldito alcohol del mundo porque jamás la he visto con resaca.

-INGRID- Grito cuando salgo de la cocina.

Ella asoma su cabeza por la puerta de la habitación y le muestro mi dedo medio antes de correr a refugiarme a mi habitación.

-¡Algún día tendrás que salir de ahí Sadie Parker!- Grita ella tras la puerta mientras evito reírme demasiado alto para que no me estalle la cabeza.

730 días [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora