Jaden
Vuelvo a la sala luego de haber dejado a Dylan en su habitación, Lu está de espaldas, hablando con Riley. La recién nombrada nota mi presencia, quien alza su vista para mirarme y luego le hace un movimiento con la cabeza a la castaña, indicándole de mi.
- Vé, ya llegó tu Romeo, Julieta.-habla Riley divertida, yo ruedo los ojos.
Lu se da la vuelta aún sentada en el sofá, y al primer contacto de ojos me regala una sonrisa de esas que te dejan idiota, o al menos a mi.
Esta mujer es preciosa, no me voy a cansar de repetirlo nunca.
- ¿Vamos a dormir, Julieta?-hablo, siguiéndole el juego a la piojosa de mi hermana
Lu asiente divertida- Vamos, Romeo.
Seguido de eso se levanta y viene a mi lado. Coloco ambas manos a los lados de su cadera suavemente, mientras la guío a mi habitación, despidiéndome de Riley en la marcha.
- Adiós, horrible
- Adiós, piojo resusitado-responde ella
Lu se despide también y una vez llegamos a la puerta de mi habitación al final del pasillo, nos entramos. Mis manos abandonan el cuerpo de la castaña y me dirijo hacia mi armario. Busco una remera grande, junto a los shorts más pequeños que logro encontrar para que no se le caígan y se los paso.
- Toma, creo que dormirás más cómoda con esto-le doy una suave sonrisa de boca cerrada
- Gracias, insoportable.
Comienza a sacarse el buzo y cuando veo que está por sacarse la remera y quedar en su ropa interior, me volteo. No soy tan imbécil como para hacerla sentir incómoda.
Me dedico a buscar mi pantalón de dormir, ya que solo duermo con eso. Mi pijama consiste en boxers y el pantalón, cómodo y sencillo. Una vez termino de cambiarme, dejo la ropa que usé dentro del canasto de ropa sucia, ya mañana la lavaré. Me giro para pedirle la suya a la castaña, pero lo que veo me deja sin habla.
Ella está de espaldas, frente a mi escritorio con una foto que agarro de este, observándola inmersa en sus pensamientos. Tiene puesta la remera gigante que le dí, esta le llega a la mitad de los muslos, me obligo a trago saliva.
¿Alguien puede explicarme como esta castaña se ve jodidamente sexy, vistiendo algo tan simple como una remera mía que tiene más años que no sé que?
Tomo su ropa-que dejó doblada en la punta de la cama-, y la coloco dentro del armario junto a la mía. Me acerco a ella, dejando suavemente mis manos a los costados de sus brazos y reposo mi cabeza en su hombro, ella sigue de espaldas. Se gira un poco hacía mi y me da una pequeña sonrisa, vuelviendo a la foto. Fotografía en la cual estamos mi abuelo y yo. En ella tengo solo cinco años, él me está cargando en sus brazos y ambos estamos sonriendo, a lo grande.
- ¿Quiénes son?-inquiere tranquila
- Mi abuelo y yo-respondo con una sonrisa ladeada, con nostalgia.
- Se ven muy lindos. Y felices-sonríe
Asiento aún con mi cabeza en su hombro
- Lo éramos.La castaña se da la vuelta con cautela y posa su mirada en la mía.
- ¿Consideras que ya no lo eres?
- Desde que él falleció, algo dentro de mi se apagó. Intento cada día volver a encenderlo, pero nada lo logra.-contesto con sinceridad
Asiente- Te entiendo.
- ¿Quién...?-hablo sin saber como formular la pregunta, no quiero ser entrometido
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Una vez cae el sol
Novela Juvenil(Actualizando) Lucero, la bonita castaña llena de pecas y sueños. Con mariposas azules revoloteándole y recordándole a una de sus personas favoritas, que ahora ya no vive en la tierra, mas sí en su corazón. Su estado de salud no es de los mejores y...