LuSon las siete de la tarde mientras veo a través de la ventana de mi habitación como el sol cae el diferentes tonalidades de amarillos y naranjas, o al menos lo que se logra distinguira través de los vidrios. Con esas bellas vistas me termino de cambiar, estoy por salir rumbo a la cafetería.
Diego me llamó hoy en la mañana diciéndome que si no podía ir a la tarde a hacerle compañía. Que Lily se había pedido falta hoy y sus tíos se iban a firmar unos papeles del local, por lo que se iba a encontrar solo. A lo qie por supuesto le dije que sí, me vendría bien una tarde tranquila.
Me termino de atar los cordones y me dirijo al espejo a aplicarme un poco de máscara de pestañas y un leve gloss en los labios que hoy amanecieron con un poco más de color de lo normal, la vida jugando a favor de mi buen humor del día de hoy. La verdad es que amo maquillarme, pero hoy no tengo muchas ganas de hacerlo, por lo que me decanto a lo sencillo. Una vez termino, me miro en el espejo y me doy una última pasada.
Tengo puesta una calza negra al cuerpo, un top blanco con maripositas azulesy una campera negra grande. Y para completar outfit, mis converse negras, que quizás algún día debería limpiar.
Bueno, ese día no es hoy.
Le doy un beso en la cabeza a Luna y Chico, para seguido salir de mi habitación. Bajo las escaleras a trote, tomo mi celular, las llaves y salgo de casa.
...
Estoy sentada en el metro que me lleva a el centro. Unos asientos más adelante hay un grupo de chicos que no dejan de hablar y hablar. Debo sonar como una amargada, pero es que en serio, no se callan. Y para colmo cuchichean mirándo de arriba a abajo a todo el que pasa.
Quienes se creerán en su mente.
No les doy importancia, en verdad hoy no me quiero bajar los ánimos. Me dispongo a mis audifonos y elegir algo de música para el trayecto.
Un tiempo después sigo escuchándo música, cuando comienzo a escuchar murmullos y risas. Alzo la vista y ahí los veo, a los mismos chicos, pero me llama la atención que ahora hay un chico más. Me saco mis audifonos y les presto atención sin que ellos reparen mucho en mi.
- ¿Y a este gay quién lo dejó subir? -ríe uno de ellos
- Sí, bajenlo ¿no?, ¿o cuándo se normalizó viajar con esta clase de gente que yo no me he enterado? -agrega otro con sorna
- Ahora también se pintan las uñas, que bola de nenitas afeminadas -ríe un tercero
Hablan a altas con total impunidad el grupo de chicos que nombré hace un rato, burlándose de um chico que lejos está de ser de su grupo. Él está parado y mira para otro lado, solo se agarra del fierro para sostenerse.
Miro sus manos y tiene las uñas pintadas, por un momento me distraigo en el diseño tal delicado y cuidado que tienen, son cortas como las naturales, pero aún así logro ver el fondo azul con algunas estrellas sobre las uñas.
Salgo de mi nube cuando lastimosamente el grupo vuelve a hablar.
- ¿Estrellas?, ¿en serio?. Hermano no hay duda de que eres gay -ríe un castaño
- ¿No te da vergüenza pintarte las uñas?, ¿y más con ese diseño tan de niña? -inquiere otro, este de tes oscura y cabeza rapada.
El chico sigue en el mismo lugar, baja la cabeza y aprieta los labios. Y me he tardado ya incluso.
Me levanto de mi asiento y me pongo al lado del chico, él me mira y yo asiento con la cabeza. Giro mi cuerpo y enfrento a el grupo de los imbéciles, estos me ven con atención.
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Una vez cae el sol
Ficção Adolescente(Actualizando) Lucero, la bonita castaña llena de pecas y sueños. Con mariposas azules revoloteándole y recordándole a una de sus personas favoritas, que ahora ya no vive en la tierra, mas sí en su corazón. Su estado de salud no es de los mejores y...