1|Estudios y tratamientos

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Aviso:
Esta historia está en proceso de edicion y corrección. Lo que indica es que aún subo capítulos por semana, por lo que la historia no se encuentra terminada. Y en corrección ya que estoy en proceso de corregir los capítulos, por consecuencia estos se encuentran con algunos errores ortográficos y demás, pero esto va a ser corregido lo más antes posible para así su lectura sea de la manera que se debe.

Sin más nada que decir, bienvenidx. Proceda con la lectura <3

Lu

- ¡LUUUUUUU!, ¡A DESAYUNAAAAR! -grita papá desde el piso de abajo

Por el grito salto de la cama, enredandome con el cable de mi lámpara de noche y a consecuencia, cayéndome al suelo.

Genial, ahora voy a tener que comprar otra.

Bajo las escaleras encontrándome a papá con una sonrisa y mi desayuno favorito, esto solo significa una cosa

- Alto ahí vaquero, ¿qué tramas? -lo observo entrecerrando los ojos

Papá me mira con una sonrisa inocente
- Nada cariño, solo me gusta consentirte.

Ladeo la cabeza y alzo las cejas en su dirección, él comprende perfectamente lo que pienso.

- Bueno está bien. Hoy tenemos médico y para que no te enojes por no avisarte y ahora tener que cambiarte a las apuradas, te hice algo que te guste. -dice con cara apenada

Señoras y señores, ¿vivir con la enfermedad de XP?, vivir en el hospital.

- Ay papá no pasa nada, ni que fuese que tenemos que irnos en media hora -digo comiendo mi tostada sin mirarlo

Se hace un silencio que indicada nada bueno. Al girarme en su dirección, me está viendo con una sonrisa nerviosa.

- ¡Papaá!, ¡¿es en serio?! -mi voz sale con cansancio, pero no pierdo tiempo y me pongo de pié. Papá por su lado asiente con la cabeza

- De acuerdo, de acuerdo -alzo las manos-, ya voy.

- ¡Sabes que te amooo! -oígo su voz al salir de la cocina

- Ahora tengo ganas de tirarte con mi lámpara en la cabeza, que por sierto se rompió pero yo también te am... -no me deja terminar

- ¡¿Que hiciste qué?!, ¡Lucero es la tercera en este mes!

- ¡Yo también te amo papá! -contesto rápidamente desapareciendo escaleras arriba.

Me doy una ducha y así me voy a cambiar. Disfruto bastante de maquillarme, no para nadie, pero me gusta estar en mi día a día arreglada y sentirme bonita conmigo misma. Por lo que a pesar de que vayamos simplemente al hospital, me poco un poco de máscara de pestañas y un sutil pero bonito brillo de labios.

Mi enfermedad consta con que el sol no puede tocar más de unos segundos mi piel (hablando de un sol de amanecer, porque el de mediodía que está a tope ni siquiera es una opción).

Ahora, si se preguntan cómo salgo hasta el médico si no me puedo exponer al sol, bueno. Una campera enorme con capucha, pantalones, mis converse infaltables, lentes de sol especiales de óptica, y una gorra que no tiene ninguna pinta la verdad, yo le digo a papá que por qué no compramos otra pero insiste en que me queda hermosa y que le trae recuerdos porque era de él.

En resumen, nada especial hablando sinceramente. Simplemente parecer una bolsa de consorcio y unos buenos blindados en el coche de papá.

...

Llegamos al hospital, estamos sentados en la sala de espera al fondo, mientras esperamos a Logan.

Yo escucho algo de música con mis audifonos puestos, las canciones de Selena Gomez le alegran el día a cualquiera. Y el que diga que no, obvio respeto su opinión equivocada.

Una vez cae el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora