Capítulo 18

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Intenté por tercera vez encender mi camioneta, creyendo que la tercera sería la vencida, pero no dio ningún resultado. Golpeé el volante un par de veces, a la par que gritaba '' ¡Vamos!'', mientras que Tibby me miraba conteniendo una risa. Me había llamado para que la ayudara a recoger sus cosas de casa de Jason, antes de que éste regresara el fin de semana. Sin embargo, la querida Betsy había decidido que no nos acompañaría después de recoger a Tibby en su casa.

-¡Enciende, maldito pedazo de chatarra! -exclamé al intentar, por cuarta vez, algo que ya parecía inútil.

Volví a dar un golpe al volante y dejé caer mi espalda sobre el asiento. Aunque rápidamente me arrepentí de mis acciones, y de mis palabras. Betsy era casi una reliquia familiar, y era casi un milagro que aún estuviera con nosotros.

Tibby me miraba un poco extrañada, mientras acariciaba el tablero de la camioneta, pero intentó disimular en cuanto me giré a verla.

-Lo siento-pronuncié, y estoy segura de que Tibby dudaba que me estuviera dirigiendo a ella.

No la culpo.

-Descuida-sonrió.

-Sé que necesitas hacer esto hoy.

-No te preocupes.

-Betsy no había fallado hasta ahora.

-¡Beth! -exclamó Tibby entre risas, colocando una de sus manos sobre la mía-. En serio no te preocupes. Podemos llamar a alguien más.

Bufé.

-¿Qué clase de loco querría acompañarte a casa de tu futuro exnovio a recoger tus cosas mientras él no está en casa?

Tibby alzó ambas cejas. Sabía lo que estaba pensando.

-No-sentencié rápidamente.

-¡Vamos, Beth! -juntó ambas manos a modo de plegaria-. El otro loco que sé que lo haría no está disponible hoy.

-No-repetí, con mayor firmeza que antes.

No había tenido oportunidad de contarle a Tibby lo que había pasado el día anterior con Joe y Audrey.

En realidad, oportunidades había tenido a montones, lo que me faltaba eran las ganas. Mientras menos hablara sobre Joe, más sencillo me resultaba fingir que no me dolía siquiera pensar en él.

-Por favor-pidió-, no se lo pediría si tuviera otra opción. Lo sabes.

-Podemos volver mañana-sugerí.

Tibby negó con la cabeza.

Había cierto temor en sus ojos.

-Tengo miedo de no hacerlo ningún otro día-resumió aquel temor en una frase.

Sabía que no podía dejarla tirada, tenía que ayudarla. Algo en ella le había dicho que era hora de dejar al perdedor de Jason justo cuando yo estaba de regreso. Aquello no podía ser casualidad. Yo tenía que estar con ella para darle fuerza, no para retractarme cuando las cosas involucraban a Joe.

Apreté su mano y sonreí.

-Bien-asentí, derrotada-. Sólo...-pero no derrotada del todo-, ¿podría intentar llamar a Nick primero?

Tibby abrió la boca para protestar, pero me apresuré a decir:

-Una última vez-pedí-. Si no puede, llamamos a Joe. Lo prometo.

Mi amiga me miraba con desaprobación, pero a la vez con algo de gracia. Le parecía increíble hasta donde podía llegar con tal de evitar a Joe.

-Muy bien-accedió-. Una vez, si Nick no puede, tú misma llamas a Joe-condicionó.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora