Capítulo 22

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La enfermera retiró el aparato de mi brazo después de verificar mi presión, comenzó a acomodar todo en su lugar y después comenzó a darme unas indicaciones.

—Puede que el tranquilizante que te dimos te provoque sueño, pero es normal. Tus signos se encuentran normales y puedes ir a casa si quieres.

—Gracias, pero prefiero quedarme. — respondí amablemente.

—Por supuesto, si es lo que deseas. Pero te recomiendo que vayas a casa y descanses, tu amigo está en buenas manos.

—Eso espero.

La chica sonrió.

—Ya verás, por lo pronto ve a descansar.

Fingí una sonrisa y comencé a rascarme en la zona donde el velcro del aparato me había llegado a raspar.

La enfermera salió de la habitación después de insistir nuevamente en que me fuera a casa y descansara, pero no quería hacerlo. Quería quedarme al pendiente de Nick, aunque ya fuésemos una multitud. No dejaba de sentirme estúpida por haber sido ingresada también al hospital por un ataque de pánico, mientras que a Nick le estaban quitando una puta bala del hombro.

Una cosa no se comparaba con la otra.

Joe estaba parado afuera de la habitación, con el teléfono pegado en la oreja y dando vueltas de un lado a otro, casi perforando el piso de tanto que lo hacía. Se quedó mirando su teléfono unos cuantos segundos después de terminar su llamada con Heather y entró en la habitación al darse cuenta de que estaba sola, sentada en la camilla.

—¿Qué te dijo? —preguntó al llegar junto a mí.

—Que estoy bien y que debería ir a casa.

—¿Te dio algo para tus nervios?

Asentí.

—Drogas—bromeé.

—Qué suerte tienes.

No sabía por qué estábamos bromeando en una situación como esta, pero si lo pensaba, nos ayudaba a liberar la tensión que existía alrededor de todo. Nos hizo olvidarnos por un momento de que su hermano estaba en otra habitación, con doctores extrayendo una puta bala de su hombro derecho.

No tardó mucho para que aquellas sonrisas desaparecieran de nuestros rostros y todo volviera a ser tenso.

—¿Quieres que te lleve a casa?

Negué con la cabeza inmediatamente.

—Quiero quedarme aquí hasta tener noticias de Nick.

—Puede que tome un rato, y tú necesitas des...

—Si dices que necesito descansar, voy a patearte el trasero, Joseph.

Joe sonrió ampliamente, aunque sin mucha gracia.

—De acuerdo, de acuerdo. Nada de descansar. ¿Quieres comer algo?

Lo pensé un momento, y la verdad es que no tenía ni una pizca de hambre. Por el contrario, sentía mi estómago revuelto y unas nauseas espantosas que hacía mucho tiempo no sentía, pero era algo comprensible, considerando la situación.

—Quisiera un café—lo necesitaba si iba a quedarme un buen rato.

—Yo también. — dijo— ¿Quieres que vayamos por uno o...? —hizo una pausa, que yo interpreté como una forma de saber si me sentía lo suficientemente bien como para ponerme de pie y caminar hacia la cafetería.

La verdad es que la pastilla que me habían dado estaba haciendo efecto, y comenzaba a sentirme mejor, físicamente hablando. Mentalmente, aún tenía mucha ansiedad, aunque estaba disminuyendo considerablemente.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora