Capítulo 16

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Joe apagó el motor de la camioneta y sacó de ella una pizza, la que supuse que iba a cenar por su cuenta, antes de que lo invitara a cenar junto conmigo. También bajó un six-pack de cervezas. Caminó a pasos lentos, y con cada paso que daba, yo sentía que las piernas me fallaban, el corazón se me aceleraba, y las ganas de sonreír aumentaban.

Era justamente como no debía sentirme, y era la razón por la que debía mantenerme alejada de él. Pero ya no podía dar marcha atrás, ¿cómo podría hacerlo? Sin tener que decirle que no debíamos pasar tiempo juntos, porque yo seguía enamorada de él.

Sin embargo, ahí estaba él, caminando hacia mí para pasar al menos una hora juntos.

—Pasa—dije abriendo la puerta.

Él negó con la cabeza.

—Prefiero cenar aquí afuera—dijo—. Es una linda noche, ¿no lo crees?

Miré hacia el frente.

Joe tenía razón, era una linda noche. La clase de noche estrellada que difícilmente consigues en la ciudad, y valía la pena admirar, en especial con buena compañía, como él.

—Sí, tienes razón—respondí con una sonrisa.

Sentí su mirada sobre mí y me giré a verlo.

Yo tenía razón, él me estaba observando, pero fingió que no lo hacía después de desviar la mirada y comenzar a tomar asiento en una de las sillas que mi mamá tiene en el porche. Después, abrió la caja de pizza, tomó un trozo y se lo llevó a la boca, para después tomar una lata de cerveza y abrirla.

—¿Vas a quedarte ahí?—indicó con el ceño ligeramente fruncido, al darse cuenta de que yo observaba cada movimiento suyo, en lugar de sentarme y comer.

Debía parar de hacerlo.

Noté en mi brazo la toalla que había estado en mi cabeza, y sentí en mi rostro que la mascarilla ya estaba seca y lista para enjuagarse. Era mi breve escape para pensar en por qué rayos lo había invitado a quedarse, cuando en realidad quería lo contrario.

Porque eso quería, ¿cierto? Quería mantenerme alejada de él, de eso debía tratase mi verano.

—Tengo que dejar esto—alcé un poco el brazo, mostrando la toalla—, y debo quitarme esto—me rasqué la mejilla derecha—. Vuelvo enseguida—dejé la caja de pizza sobre la silla que se encontraba disponible, y me di la media vuelta.

—No tardes—lo escuché decir a mis espaldas, al mismo tiempo que mi corazón se detuvo.

Lo miré, él me devolvió la mirada a mitad de una mordida y con el trozo de pizza colgando en su boca.

¿Qué había querido decir con eso?

—La pizza se enfría—quizás eso...

Entré finalmente a la casa, sintiéndome como una tonta. No todo debía tener un significado oculto, y yo debía dejar de pensar que así era.

De vuelta en mi habitación, lancé la toalla sobre la cama y tomé de mi tocador un par de toallitas húmedas, con las que retiré los residuos de crema de mi rostro. Y mientras lo hacía, no dejaba de regañarme por haberle pedido a Joe que se quedara a cenar conmigo.

¿Por qué, exactamente, lo había hecho? Si yo sabía que debía mantenerme alejada de él.

Porque no quería, esa era la respuesta. No quería mantenerme alejada de él, a pesar de que eso fuera lo correcto. Yo aún guardaba sentimientos hacia él, y aquello me hacía sentir que quería pasar el mayor tiempo posible a su alrededor, a pesar de que no fuera lo correcto, y de que podía lastimarme.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora