Capítulo 13

630 38 5
                                    

Me miré al espejo una última vez antes de tomar mi bolso de la cama y salir de mi habitación. Mi vestido color mostaza con estampado de pequeños dientes de león por toda la tela lucía muy bien, no muy revelador, pero no tan corto. Me llegaba a penas uno, quizás dos dedos arriba de la rodilla. Mis zapatillas cafés combinaban mejor que las negras, y mi cabello lucía mejor en sus rizos naturales que alaciado con la plancha.

Mi maquillaje era igual de sencillo que el resto de mí, así que supuse que estaba lista.

Estando en la cocina tomé la tarta de cereza que me había pasado toda la tarde horneando, porque mi mamá me había enseñado a nunca llegar a una cena en casa de alguien con las manos vacías.

Me pasé el viaje entero repasando todo lo que había pensado en las últimas 24 horas.

Yo había aclarado mis sentimientos hacia Joe. Había llegado (con la ayuda de Nick) a la conclusión de que, todo este tiempo, en realidad nunca había superado a Joe, además de que ese algo que se había activado dentro de mí cuando me enteré de su divorcio era esperanza.

¿Esperanza de qué? ¿De regresar las cosas a como eran antes?

Las cosas nunca volverían a ser como lo eran antes. Un montón de cosas habían cambiado, el mismo Joe había cambiado. Incluso yo lo había hecho.

Pero, si yo estaba consciente de ello, ¿por qué me había molestado tanto enterarme de su nueva chica?

Quizás simplemente fuera una respuesta automática: a nadie le gusta enterarse que su ex es feliz, mientras que tú has sido miserable. Aunque, miserable no era la palabra precisa para describir cómo había sido mi vida los últimos cuatro años, a pesar de que así me sentí durante un buen rato.

El cómo me había sentido cuando Tibby me dijo que Joe y Audrey estaban saliendo era otro buen punto para olvidarme de las conclusiones que había sacado luego de unos cuantos tragos.

Yo estaba sensible, sorprendida de lo fácil que le resultaba a Joe sustituir a cualquier mujer en su vida. Lo había hecho conmigo, pero no creí que lo hiciera con la madre de su hija. Pero enterarme de lo fácil que le resultó hacerlo con Heather también, me dejó en una situación vulnerable.

Además, a nadie le gusta ver que su ex sale con una chica más bonita.

Pero no estaban saliendo, o al menos eso me había dicho Nick, aunque no tendría por qué mentir. Siempre ha sido el mejor amigo de Joe, desde pequeño, y al ser su hermano lo conoce a un grado mayor al que yo solía hacerlo.

Joe no estaba saliendo con Audrey, y eso descalificaba completamente mis sentimientos encontrados.

Aquello había sido una breve recaída, y yo no sentía más amor hacia Joe.

Cerré la puerta de la camioneta con el pie justo antes de darme cuenta que Tibby caminaba por la acera, con el famoso pastel de zanahoria de Shepard's. La casa de su madre estaba a escasas dos cuadras, así que tenía mucho sentido que llegara caminando.

No habíamos hablado en lo absoluto después de mandarme al diablo el día anterior, por lo que, por primera vez en nuestra amistad, no supe qué decirle para que me perdonara.

—Hola—saludé con una ligera sonrisa cuando estuvo un poco más cerca, sin esperar mucho a cambio.

Y tuve razón en hacerlo, porque su única respuesta fue ponerme los ojos en blanco, caminando por delante de mí casi ignorando mi presencia, y subiendo a brincos los tres escalones de la entrada.

Quizás debí empezar pidiendo perdón, porque sabía que aquella sería una noche larga e incómoda, pero aún más sin ella de mi lado.

Seguí el mismo camino que Tibby, deteniendo mi paso a una distancia apropiada, aunque considerable, tratándose de nosotras.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora