Me tomó cinco minutos completos terminar de vestirme y salir de la cabaña de Joe para regresar a mi casa a tomar mis cosas. Me tomó otros cinco minutos subir todo a la camioneta y me tomó otros cinco minutos poder arrancar el motor, para poder salir de ese maldito pueblo de una vez.
Me sentía avergonzada, me sentía como una tonta y una estúpida. Había vuelto a jugar con los sentimientos de Joe y estaba tremendamente arrepentida por ello, pero eso no era suficiente como para detenerme en mis planes.
El plan siempre fue volver, y ni Joe ni nadie iba a cambiar eso.
Conduje por la carretera rumbo al aeropuerto, intentando que la culpa se fuera esparciendo como un rastro de todo lo que acababa de hacer y así quedarme sin una gota de remordimiento.
Pero, carajo, sí que estaba arrepentida, y no importaba cómo intentaba justificar mis acciones, todo siempre me decía que diera la vuelta y regresara con Joe, le dijera que lo amaba y que quería volver a intentarlo. Sólo que la vergüenza de haberlo dejado aquella mañana no me lo permitió.
No tenía cara para volver y decir eso después de lo que estaba haciendo.
Estaba huyendo, tal y como Joe dijo que siempre lo hacía. Pero cuando desperté esa mañana e intenté imaginar mi vida junto a él de la misma manera en la que lo había hecho la noche anterior, la verdad es que el miedo volvió a invadirme, y la comodidad que mi nueva vida me brindaba me parecía un destino más seguro que el que me esperaba con Joe.
—¡Carajo! —grité golpeando el volante.
No pasó más de una hora en carretera para que Joe comenzara a llamarme a mi celular, pero nunca pude responder. Dejé que se fuera a buzón en incontables veces y sabía que jamás tendría el valor de escuchar esos mensajes. Los borraría antes de subir al avión, así como debía borrar todo lo que había pasado en esas tres semanas.
Nada de eso debió pasar, para empezar, pero también era cierto que yo nunca debí pararme frente a Joe la noche anterior, y mucho menos debí prometer que no volvería a irme, porque esa tendencia de autosabotearme tendía a aparecer en los peores momentos.
Quería que Joe dejara de llamarme, quería olvidar todo lo que había hecho. Quería montarme en ese avión de una vez y dejar todo esto atrás, pero mierda, sí que sería difícil.
Para cuando llegué al aeropuerto, horas después, tenía 27 llamadas perdidas de Joe y tuve que quedarme un buen rato en la camioneta, limpiándome las lágrimas antes de poder salir y fingir que no había estado llorando en lo absoluto.
Pasé al baño antes de llegar a la zona donde mis padres llegarían. Tenía que limpiarme la cara y ponerme maquillaje para que a mi madre le resultara difícil notar mi estado de ánimo, pero una parte de mí sabía que no era suficiente.
Me llegó la llamada número 28 de Joe justo cuando salía y fue cuando decidí apagar mi celular.
Las palabras '' ¿A qué le tienes tanto miedo?'' aparecieron en mi mente mientras esperaba a mis padres junto a un montón de gente que esperaba a sus amigos/familiares/personas por recoger. Pero no pude responder esa pregunta.
Mi madre apareció por la puerta y juro que sentí cómo mi mundo volvía a construirse en cuanto me vio y comenzó a caminar hacia mí con esa dulce sonrisa que no significaba otra cosa que fuera que me había extrañado.
Me solté a llorar en cuanto mi madre me abrazó y me permití derretirme en sus brazos, hasta un punto que le pareció sospechoso.
—¡Oye, cariño, tranquila! ¿Qué es ese recibimiento? — típico de mamá, sabía que algo andaba mal.
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De Vuelta A Ti (Joe Jonas)
FanfictionSe suponía que Beth sólo pasaría el verano cuidando la casa de sus padres, pero cuando una tubería se rompe, se ve forzada a llamar a la única persona que sabía que podía ayudarla: su ex. A pesar de estar de vuelta, Beth espera mantenerse alejada l...