Capítulo 10

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La comida al lado de mis tres mejores amigos de la infancia estuvo llena de anécdotas de nuestra niñez y adolescencia, desde recuerdos embarazosos hasta la vez en la que Nick y yo creamos una reacción química ligeramente peligrosa en el laboratorio. La escuela entera tuvo que ser evacuada y nosotros fuimos suspendidos, porque nadie nos creyó que fue un accidente, y tenían motivos para hacerlo.

—Todavía recuerdo los gritos de mamá cuando fue por nosotros a la escuela—dijo Nick.

—Yo recuerdo que mi madre no me creyó que las clases se habían suspendido ese día y por eso estaba de regreso tan temprano—agregó Tibby.

—Yo no recuerdo lo que me dijo mi madre—dije yo—, pero sí recuerdo que mi padre no paraba de reír, y dijo que había sido una jugada inteligente para evitar ir a clases por unos días .

Los tres soltamos una carcajada, Tibby incluso golpeaba la mesa con la palma de la mano de vez en cuando, mientras que Joe reía por mero compromiso. Al ser mayor, no compartió mucho tiempo con nosotros dentro de la escuela, a excepción su último año de preparatoria, cuando los tres volvimos a compartir escuela. No reunimos muchas anécdotas, de todos modos, porque no compartíamos las mismas clases, y tampoco coincidíamos en la hora del almuerzo.

Quizás hubiese una buena anécdota que no incluyera nuestra relación romántica, pero ninguno de los cuatro pudo recordar ninguna en ese momento. Era como:

—Oiga, ¿recuerdan cuando...? Olvídenlo.

Porque la historia estaba directamente relacionada conmigo y Joe siendo novios, pero nadie quería arruinar el ambiente de familiaridad y camaradería que se respiraba desde hacía ya varios minutos.

—Permítanme un momento, tengo que usar el baño—le lancé una breve mirada al par de hermanos, dejando a Tibby al final, a quien le pedí con la mirada que me dejara salir.

—¡Voy contigo!—exclamó de inmediato, poniéndose de pie en un segundo.

—Por supuesto que sí—reí. Era de esperarse que quisiera hacerlo.

Las dos caminamos hacia el baño en silencio, que Tibby se moría de ganas por romper. Sabía perfectamente que me esperaba todo un interrogatorio al llegar, y que no me dejaría escapar hasta conseguir la información que quería.

Y yo tenía razón, apenas entramos al baño puso el seguro y recargó su espalda en la puerta con la segunda sonrisa más grande que le haya visto. La primera fue la que le dedicó a Nick minutos atrás.

—Habla—pidió con emoción, tanto en su voz como en sus ojos—. ¿Qué haces aquí con Joe?

Puse los ojos en blanco y me encerré en un cubículo, intentando huir de la situación por un momento, aunque sabía que no sería por mucho tiempo.

—Sabes que no escaparás de esto, ¿verdad?—y parece que ella me leyó la mente.

—¿Puedo hacer pipí sin que me preguntes por qué vine a comer al restaurante de tu madre?—resoplé.

—Corrección: viniste a comer al restaurante de mi madre con tu ex novio de preparatoria, al que todo el mundo piensa que odias.

—No lo odio...—murmuré.

Al menos, no lo odiaba tanto.

—La última vez que estuviste en el pueblo dijiste lo contrario—recordó.

El eco producido por los azulejos hacía que mis propios recuerdos de esa vez me resultaran más dolorosos de lo que hubiese querido.

—La última vez que estuve aquí, Joe estaba a punto de casarse porque embarazó a otra chica—puntualicé. Tibby no respondió, supongo que se dio cuenta de que yo tenía un muy buen punto—. Ya lo superé—sentí la necesidad de aclararlo.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora