Capítulo 19

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Aquello estaba mal, terriblemente mal... pero se sentía tan bien. Ni siquiera sabía porqué esto estaba pasando. Algo dentro de mí se había activado en cuanto dijo ''no estoy saliendo con nadie'', y me había hecho saltar a sus labios.

Uno creería que Joe rechazaría mi beso. Después de todo, había sido él quien dijo que le gustaría que mantuviéramos una amistad.

Pero ese beso no era de amigos.

Había besado a Joe de manera tan impulsiva, y sin pensarlo, que ni siquiera me había dado tiempo de analizar cómo se sentía volver a besarlo. Pero cuando me tomó por la nuca y atrajo de nuevo mis labios a los suyos, vaya que tuve tiempo de hacerlo. Los restos de cerveza todavía estaban presentes en sus labios, pero, si lo ignoraba, podía llegar a sentir su verdadero sabor.

¡Dios, cuánto había extrañado esto!

Mis manos instintivamente se movieron a su cuello, mientras que las suyas se pasaron a mi cintura, metiendo sus dedos en las trabillas de mis pantalones, tirando de ellas para acercarme aún más a él.

¿Qué diablos nos pasaba? ¿Y por qué no tenía ni la más mínima intención de detenerlo? No tenía ni la más mínima idea, y tampoco quería tenerla. Pensé que Joe se detendría, que me diría que verdaderamente estaba mal, que quizás había sido un viejo reflejo de nuestra relación... pero eso no pasó.

Los labios de Joe comenzaron a moverse con mayor intensidad, lo que no me molestó en lo absoluto. Había olvidado lo bien que besaba, lo cálidos que eran sus labios, y quería que siguiera recordándomelo. También quería que me recordara otras cuantas cosas.

Comencé a retroceder lentamente, tirando de las trabillas del pantalón de Joe, haciéndole entender que quería que me siguiera. Él comenzó a hacerlo sin problema alguno, sin algún tipo de protesta, en lo que yo buscaba a tientas la manija de la puerta. La abrí con dificultad, llegando incluso a utilizar el pie para mantenerla abierta el tiempo suficiente para que pudiéramos entrar al calor de mi casa.

Joe cerró la puerta detrás de sí, lo supe únicamente porque escuché el fuerte golpe de la madera chocando con el marco.

Fue entonces que comencé a desabotonar su camisa, teniendo problemas al llegar al tercero, haciendo que fuera necesario separarme de sus labios y mirarlo. Sus ojos brillaban de una manera que hacía mucho tiempo no había visto. Al menos, no en el tiempo que llevaba ahí. Después recordé que era la clase de brillo que abundaba en sus ojos cada vez que estábamos en una situación como esta.

Joe hizo resbalar su chaqueta, uniéndose en el suelo a la chaqueta que me había prestado, pero que yo no había notado que había dejado caer.

Me apresuré entonces a desabotonar el resto de su camisa, la cual hizo el mismo recorrido que su chaqueta hacia el piso. Joe sonrió antes de volver a besarme, con más desesperación que antes, despegando sus labios de los míos únicamente para hacer un camino de besos hasta mi cuello. Mi alma entera se estremeció en cuanto sentí el primer roce de sus labios, acercándose a la cálida piel de mi cuello. Él me conocía mejor que nadie, y sabía que el cuello era uno de mis puntos más débiles, y que le resultaba extremadamente fácil hacerme enloquecer con aquel roce.

Sentí las cálidas manos de Joe tomar el borde de mi top, deslizándolo hacia arriba mientras al mismo tiempo continuaba besando la piel de mi cuello. Yo sentía que me podía morir ahí mismo, y moriría feliz. Los labios de Joe se separaron de mi cuello para dar paso a que mi top estuviera fuera del camino.

Me miró, detalladamente, y pude ver en sus ojos el mismo fuego del que había estado escapando todo este tiempo. El fuego que sentía en mi interior cada vez que lo veía, y el mismo en el que quería quemarme hasta convertirme en cenizas.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora