Capítulo 8

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Joe abrochó el cinturón del asiento para bebés de Sophie antes de darle un beso y cerrar la puerta, para después asomarse por la ventanilla del copiloto e intercambiar un par de palabras con Heather, que no pude escuchar. Al final, dio dos golpecitos a la puerta y Heather puso su auto en marcha.

—Nos vemos más tarde, princesa—dijo Joe a Sophie, mientras el auto azul de Heather avanzaba.

Esta última respondió haciendo sonar dos veces el claxon.

Yo estaba sentada en las escaleras de la entrada, con mi teléfono entre las manos, fingiendo que nada de esto me incomodaba en lo absoluto. No pude seguir fingiendo cuando Joe se volteó a verme.

Con las manos metidas dentro de sus bolsillos, me hizo recordar todas las veces que lo vi andando por los pasillos de la escuela. Su andar torcido y su brillante sonrisa acaparaban todas las miradas por donde pasara, pero él sólo tenía ojos para mí.

Hasta ese momento, no me había percatado de lo bien que se veía su cuerpo. La paternidad no arruinó el cuerpo de ninguno de los dos, especialmente a Heather, que no creerías que parió una niña de no ser porque andaba con ella a todas partes.

Pero el espectacular cuerpo de Heather no me importaba, sino el que estaba viendo.

¿Que no pudo haber engordado un poco? ¿Alguna panza de papá? ¿Pérdida de peso por falta de sueño en los últimos tres años? ¿No pudo ser un buen ex novio y ponerse feo? No, por supuesto que no. Claro que tenía que volverse más sexy, porque así de terrible era mi vida.

Caminó hacia mí con ese andar torcido y su cabello revoloteando por el viento.

—¿Estás bien?—preguntó mientras se sentaba junto a mí en las escaleras.

—Sí—porque no iba a admitir que estaba viendo lo bueno que se había puesto, ¿cierto?

Los ojos castaños de Joe me miraban con brillo de curiosidad.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro—mientras no fuera sobre mi conversación con Heather, o del novio falso del que ya me había olvidado, todo estaba bien.

—¿De qué hablabas con Heather?—mierda.

Me reí nerviosa, dudando si era buena idea contarle sobre lo que hablé con su esposa. O ex esposa. La verdad ya no estaba segura, y quería estarlo. Algo dentro de mí gritaba que quería saber, necesitaba hacerlo. Pero, con la duda que había planteado Heather, no sabía si la respuesta iba a gustarme.

—Nada en especial. Me preguntó si ya tengo trabajo, y sobre si tenía intenciones de regresar a vivir aquí.

—¿Y las tienes?—el brillo en sus ojos ya no era sólo de curiosidad, sino de algo más.

—Sí al trabajo, no al volver aquí.

—¿Hablaron de algo más?—estuvo casado con ella durante dos años, y salió conmigo desde la secundaria, supongo que nos conoce lo suficiente para saber que había algo que yo no le estaba contando.

Suspiré.

—Me dijo que se separaron.

—¿Algo más?

—Que estuviste viviendo con mis padres durante su separación.

—De acuerdo. ¿Algo más?—no pareció sorprendido de que Heather me contara esas dos cosas.

—Nada más—finalicé.

—¿Y quieres que hablemos sobre algo de eso?

Volví a suspirar.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora