Capítulo 2

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Mi reencuentro con Joseph Jonas resultó menos dramático de lo que imaginaba. Al menos en comparación con nuestro rompimiento. Ni hablar de la última vez que lo había visto.

Durante mucho tiempo, me imaginé un montón de escenarios en los que yo decía algo parecido al ''¡Maldigo el día en que naciste!'' de Charlotte York en la película de Sex and The City. Pero nunca me imaginé que simplemente lo vería llegar a la casa de mis padres, con su caja de herramientas en mano y una media sonrisa en los labios.

—Hola—dije.

—Hola—respondió—. ¿Dónde está la tubería rota?

—En la cocina.

Me hice a un lado, dándole espacio para entrar, hizo un gesto con la cabeza y se fue directo a la cocina.

Pasamos los siguientes minutos en silencio. Lo único que se escuchaba era el sonido de sus herramientas y mis pies golpeando contra el suelo mojado.

Me sentía rara.

Hacía mucho tiempo que Joe y yo no pasábamos tiempo a solas juntos. De hecho, la última vez no había sido nada agradable. No sabía si era yo la única que sentía tensión por ello. También me invadió una necesidad de rellenar el vacío con una conversación, para que resultara menos incómodo.

Intenté iniciar una conversación de muchas formas. Pero todas resultaban demasiado estúpidas y recaían en lo obvio. Una de ellas comenzaba preguntando ''¿Ahora eres plomero?'' cuando era bastante claro que lo era. Sólo que nunca encontré las palabras para preguntar correctamente por qué dejó de trabajar con sus padres sin sentir que me estaba entrometiendo en algo que ya no era mi asunto.

Después de unos minutos más, salió de debajo del lavaplatos y se limpió las manos con un trapo que colgaba de su cinturón de herramientas, mientras se ponía de pie. No dejaba de mirar la tubería.

—¿Cuál es el veredicto?—pregunté mordiéndome las uñas.

Joe suspiró.

—Nunca había visto algo así. La tubería está destrozada completamente. Por lo que veo, tendrás que cambiarla por completo.

—Oh, mierda—pensé—. ¿Estás seguro?—mi voz se quebró.

Definitivamente papá me ahorcaría.

—Oh, definitivamente—aseguró.

—¿Y-Y no hay otra opción?—una que pueda fácilmente ocultarle a mis padres.

—Nope, tendremos que cambiarla toda. Debemos quitar el piso y...

Dejé de escucharlo después de ''quitar el piso''.

Ya podía leer mi obituario:

''Elizabeth Hope Peters

Su padre la ahorcó por romper la tubería''

—¿Beth?—su voz sonaba lejana conmigo en lo más profundo de mis pensamientos.

Joe pasó su mano por delante de mis ojos hasta que reaccioné, sobresaltándome.

—¡Lo siento! Sí. ¿Qué me decías?—dije finalmente.

—Te decía que sólo era una broma. Las tuberías están bien, tu padre y yo las cambiamos hace como un año—sonrió.

Un reflejo de nuestra relación salió a flote cuando le di un puñetazo en el hombro. Él tenía la costumbre de hacerme bromas todo el tiempo y yo siempre caía redondita.

Parecía que las cosas no habían cambiado mucho respecto a eso, Joe siempre ha sido un buen actor.

Lo vi acariciar su hombro y un montón de escenas retrospectivas pasaron frente a mis ojos en un segundo en cuando sonrió. Escenas en las que hacíamos exactamente lo mismo.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora