Capítulo 9

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Era de suponer que todas las miradas estarían sobre nosotros en cuanto nos vieron entrar juntos a Shepard's. Tibby y su madre estaban detrás de la barra, mi amiga fue la primera en notar nuestra presencia y le dio numerosos golpes a su madre en el hombro, hasta que ella también nos vio. Quizás pensaron por un instante que se trataba de una coincidencia, porque era imposible que Joe y yo estuviéramos ahí para comer juntos.

Pasamos junto a ellas e hice un movimiento de mano para saludarlas. Ambas me devolvieron el saludo con los ojos casi saliendo de sus órbitas, y sus mandíbulas luchando por no salir disparadas hacia el suelo.

—Deben estar alucinando—dijo Joe en mi oído, y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo cuando aquella risa salió de sus labios.

Tuve que acariciarme los brazos y aclarar mi garganta antes de poder hablar.

—¿Tú no lo harías?—intenté que mi voz sonara lo más normal posible.

—Lo estoy haciendo justo ahora.

Por más que lo intenté, no logré descifrar a qué se refería.

Tomamos asiento en una mesa al fondo del lugar, justo al lado de una ventana, y cuando miré de nuevo hacia Tibby, ésta todavía tenía sus ojos clavados sobre nosotros, al igual que muchas otras personas. Asumí que no habían dejado de seguirnos con la mirada desde que pusimos un pie dentro del lugar.

—¿Qué vas a pedir?—preguntó Joe, consultando un menú que estaba segura que se sabía de memoria, pero supongo que lo hizo como una forma de evitar las miradas.

—En realidad no lo sé.

—Agregaron al menú un sándwich de pollo picante, está bastante bueno.

—Entonces eso será.

Joe me miró por encima del menú.

—¿No vas a ver el menú?—enarcó una ceja y señaló un segundo menú localizado detrás del servilletero.

—Confío en ti.

Si soy sincera, el hambre había desaparecido en el momento que subimos a la camioneta y nos pusimos en marcha. Todo en mi interior se revolvía, y como lo único que había era una taza de café y un par de diminutas galletas, también sentía algo de acidez, y ganas de devolver el estómago.

No sabía si se debía a lo mismo, pero mis extremidades temblaban tanto que tuve que esconder mis manos debajo de la mesa. No quería exponerme ante él. Además, confiaba en Joe en cuanto a gustos de comida, definitivamente.

—Si tú lo dices—dudó.

Volví a echar una mirada hacia Tibby, quien no dejaba de murmurar cosas a su madre. Sabía perfectamente que hablaban de nosotros, y que tal vez estaban decidiendo quién tomaría la orden. También se preguntaban cuándo sería el mejor momento para preguntarme sobre lo que estaba pasando, y qué rayos hacía comiendo a solas con Joe.

—Creo que pediré lo mismo.

—¿No habías comido ya?—estaba completamente segura de que había tomado su desayuno con Heather.

Joe soltó un sonoro, y sarcástico, ''¡!''.

—Heather está obsesionada con las dietas, y cada que comemos juntos tengo que olvidarme de la carne, grasas y carbohidratos. Esta mañana comimos pan tostado con aguacate, queso cottage y brotes de frijoles. ¿Qué clase de comida es esa?

—Suena como un buen desayuno donde vivo—reí—. La cafetería que está abajo de mi departamento lo sirve y está bastante bueno.

—Olvidé que ahora eres una de ellos—puso los ojos en blanco y después me sonrió.

De Vuelta A Ti (Joe Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora