Ambos jóvenes tomaron asiento juntos en una de las filas de espacios en el autobús. Vegeta seguía alborotando un poco su cabello, luego de que su madre se lo había "arreglado". Goku posó su mirada en la ventana, buscando distracción entre los edificios que dejaban atrás con gran velocidad. Tragó saliva y respiró profundo.
En esa ciudad a donde se dirigían había vivido demasiadas cosas horribles, fue la cuna de su desgracia. E, incluso, se había sentido inmensamente feliz de haberla abandonado. Pero ahora tenía que cumplir con la promesa que hizo. Bueno, no había sido una promesa exactamente, el Saiyan seguramente le hubiera permitido retractarse en cualquier momento si decidía no acompañarlo.
No obstante, Vegeta también necesitaba apoyo, y no podía ser egoísta y negárselo. Acompañar a Vegeta en su última cita con el psicólogo era una forma de expresarle que lo quería, una forma de amor más sincero; porque, muy a su pesar, todavía no podía acostumbrarse a las muestras físicas.
De momentos se sentía bobo, esas dos semanas habían sido duras para él. Muchas veces en el pasado abrazó a Vegeta y durmió entre sus brazos sin problema alguno. Pero ahora no se sentía bien con ello, su corazón latía desmesuradamente y un pequeño temor interno se acrecentaba. Constantemente las dudas en su cabeza aumentaban, y no podía ahuyentar aquella sensación de creer que cada cosa que haga (referente a su relación) estaría mal.
Y no es para menos. Nunca en su vida había tenido pareja, y tampoco tenía el conocimiento adecuado para poder saber cómo se debía actuar en una relación. Si bien una parte de él le decía que sólo debía dejarse llevar y actuar de acuerdo con sus impulsos, una vocecilla traviesa y burlona le decía que no era así.
Su novio era demasiado paciente, le había dicho perfectamente que no había inconveniente si quería distancia y que siguieran de acuerdo al ritmo con el que se sienta cómodo. Sin embargo, también comenzaba a sentirse inseguro en ese detalle, temiendo que el exceso de interrupciones por su incomodidad llegue a cansar al mayor.
En los entrenamientos se sentía bien, excelente de hecho. Pero a la hora de tener la mirada de Vegeta fija en él, con una sonrisilla ligeramente seductora, o con una expresión atractiva y coqueta, no sabía cómo reaccionar. Sentía que el corazón se saldría de su pecho, y lo veía todavía muy lejano a pesar de que ahora estaban formalizados como una pareja.
¿Vegeta se hartaría de él si sigue negándose a besarlo? Tampoco es como si el Saiyan insistiera tanto, en realidad se limitaba mucho, o parecía que no le interesaba tanto hacerlo. Pero, al final, era lo que una pareja hacía para demostrar su cariño. Y no podía negarlo, también quería poder disfrutar una tarde entre los brazos del más bajo besándose un rato, abrazándose con cariño, o simplemente sentir la respiración del otro cerca de la suya.
Mas no se sentía capaz de ello. Muy a su pesar, muy en el fondo, todavía sentía que no lo merecía. Algo bastante complicado, considerando que muy apenas había aprendido a ver lo positivo de su persona. Vegeta todos los días le recordaba, con palabras y pequeñas acciones, lo valioso y significativo que era para él. Entonces, ¿por qué todavía se aferraba a la idea contraria?
—¿Eh? —se sorprendió al sentir la cabeza del más bajo apoyándose en su hombro—. ¿Qué...? N-no te duermas, Vegeta. No sé dónde es el lugar al que iremos.
—Tú también vivías en esa ciudad—bostezó y se acomodó de mejor manera.
—Vegeta, no te duermas.
—¡Bah!, no me dormiré—volvió a abrir los ojos—. ¿Qué piensas?
—Nada.
—¡Hmph! Ahora dime la verdad.
ESTÁS LEYENDO
Sexting
Fanfiction-¿Qué podría pasar?-pensó y envió esa foto. Personajes propiedad de Akira Toriyama