Las palabras del rubio habían sonado tiernas, ilusionadas, un poco soñadoras. Goku calló los sonidos que intentaban salir de su garganta, pero las lágrimas no pudo contenerlas. Sus mejillas se habían humedecido completamente, y el dolor en su pecho se había vuelto más grande. Mordió su lengua incluso para no hacer ruido y delatar lo mucho que le dolía aquella situación.
—¿Sabes? Sólo han sido unos días y sé que apenas empecé a sentirme así. Pero, bueno, supongo que para estas cosas no hay tiempo—apoyó su cabeza en el hombro del menor, Goku siguió sollozando lo más silencioso que podía—. Me siento mal también porque te juzgué tantas veces y ahora yo...—rio avergonzado—. Perdón, aún no puedo creer que me enamoré de un chico.
Aquellas esperanzas pequeñas de que él dijera que se había interesado en una chica, de su clase o de su trabajo, se esfumaron. Eso significaba que aquella sonrisa que le dirigía al Saiyan... Ambos tenían demasiadas cosas en común, por eso hablaban con tanta confianza pese a los incidentes del pasado. Vegeta reía y hacía gestos que nunca antes había visto en él.
—Goku, no sé si te incomode, pero pasaré la noche contigo—soltó un suspiro—. Sé lo que se siente ir a la cama con un dolor profundo y llorando, sin nadie que te escuche o te consuele. No quiero que pases por eso, no otra vez.
Esa noche Goku durmió entre los brazos de Barry, el chico que hace unos meses lo trataba mal, lo hacía sentir como basura, e incluso lo había presionado bajo amenazas para que revelara su identidad a Vegeta. Pero ahora ese chico que le brindaba su compañía había cambiado, dejó atrás la coraza de miedo y resentimiento para mostrar la bondadosa alma que se ocultaba ahí.
La bondad del rubio era genuina, sólo había estado disfrazada por sus propios temores. Aunque, ahora, lo que verdaderamente sentía era dolor. Le dolía el sólo imaginar que su amigo saldría con el chico que le gustaba, del que se había enamorado profundamente. Le quemaba la garganta el sólo suponer que tenía la posibilidad de ganarse el cariño del más bajo.
La realidad se oponía diciendo mil y un veces que Vegeta era heterosexual, que sólo aspiraba a estar con una mujer. Sin embargo, Barry era un chico maravilloso, de buen corazón y muy apuesto, ¿quién no se enamoraría de alguien así? Él no era nadie a comparación del Kahn.
Tragó saliva y decidió aceptar su destino. Había perdido toda posibilidad de estar con Vegeta.
***
—Kakarotto, ¿qué ocurre?—preguntó acariciando su cabellera, aprovechando que su clase había terminado.
—Estuviste jugando videojuegos todo el fin de semana con Barry, ¿verdad?—giró su rostro que todavía estaba apoyado sobre la mesa donde estudiaban. Sus compañeros se iban retirando en lo que ellos hablaban.
—Perdona que no fuera a entrenar contigo. Pero nos inscribimos a una competencia por parejas, será previa al estreno del videojuego. Es genial, tenemos que practicar, habrá eliminatorias cada semana—el Son volvió a ocultar su rostro entre sus brazos cruzados—. Te lo voy a compensar.
—No es eso...
—Aun así lo haré—buscó su mirada—. ¿Qué es lo que te molesta entonces, Kakarotto?
—Nada.
—¿Sabes? Cuando tú dices que nada pasa, sé que estás en una lucha complicada—lo abrazó como pudo—. Prometí apoyarte más y rompí mi promesa.
—Tú no...
—Pero ahora mismo quiero enmendar esa ligera falla que tuve. Kakarotto, iré a tu casa y pasaré la tarde contigo. No sólo hoy, todos los días. ¿Está bien?—el menor no respondió—. Quiero ganar esa competencia porque nos darán un bono monetario, ¿y sabes por qué más quiero ganar?
ESTÁS LEYENDO
Sexting
Fanfiction-¿Qué podría pasar?-pensó y envió esa foto. Personajes propiedad de Akira Toriyama