Capítulo 16: Seguridad

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Limpió una lagrimilla que se escapó y soltó el suspiro más profundo, como si de esa manera pudiera librarse de su pesar. Oyó a lo lejos un ruido, proveniente del piso de abajo. Lo ignoró sólo un poco, sin quitar su vista de los árboles de aquel bosque. Los sonidos se volvían más cercanos, volteó únicamente cuando la puerta de su propia habitación fue abierta.

—Barry, ¿olvidaste algo?—preguntó al aire.

Pero al girarse y ver la figura que había abierto su sorpresa fue desmesurada. Tragó un poco de saliva al observar ese cuerpo de baja estatura pero de excelente condición física, que lo veía fijamente con un ceño fruncido.

—Vegeta...—susurró. El largo de la habitación los separaba en una distancia de casi seis metros—. ¿No deberías estar con Barry?

—¿Con Barry?—repitió, alzando una ceja—. Eh... no...—titubeó un poco—. Si no me equivoco, se supone que hoy tendría su cita con Zeshin—mostró una mueca de desagrado—. Sigo sin procesar lo que me dijo aquel día...



Vegeta, ¿podemos hablar?preguntó el rubio después de acercarse a su lugar de descanso, donde él y el Son siempre pasaban tiempo juntos.

Hmph... ¿Sobre qué quieres hablar?

¿Te parece si vamos a un lugar más apartado? No quisiera que alguien escuchara lo que quiero preguntarte—pidió.

El Saiyan accedió, así que ambos caminaron hacia la zona más apartada, lejos de incluso cualquier mirada curiosa. Vegeta se paró con los brazos cruzados, insistiendo con una mirada seria para que el de ojos azules hablara. Pero éste se tomaba su tiempo, lucía nervioso e inseguro.

¿Hablarás o no?

Ehm... Desde hace días me gusta alguien a quien no conozco muy bien... Vegeta, ¿cómo te sentirías si un amigo nuevo te invitara a una cita romántica?—las mejillas del Saiyan se coloraron—. ¿Sería muy raro?

—Hasta ahora ya lo ha sido—respondió con evidente sorpresa y desagrado.

—¿Eh? ¡No hablo de ti, idiota!—él también se sonrojó al notar que sus palabras dieron a entender otra cosa—. Te quise preguntar a ti porque, bueno, a la persona que me gusta le gustan las chicas. Y como a ti también, quería saber si sería demasiado extraño recibir esa clase de declaración.

—Creí que a ti también te gustaban las chicas.

—Sí, pero...—suspiró—. Cuando conocí a este chico las cosas cambiaron para mí. Quiero decir, sólo me gusta él. No es como si me agradara la idea de estar con cualquier otro hombre. Es... digamos que exclusivo con él.

—Entiendo...—murmuró—. ¿Por qué, si tú y yo nos odiamos, vienes a preguntármelo?

—Porque Goku me daría una respuesta demasiado amable, él es demasiado dulce a veces. Tú eres muy realista y no te medirías por miedo a lastimarme—el menor rio con burla—. Además, no sé si a Goku le incomode mucho ayudarme a salir con un amigo suyo.

—Momento—su rostro se azuló y esta vez no pudo esconder su sorpresa—. ¡¿T-te gusta Z-Zeshin?!

—¡Oye! ¡N-no es tan raro!—calló sólo unos segundos—. ¿O sí lo es? ¿Crees que si se lo digo se asustará?

—¡No sé! ¡Yo tampoco lo conozco, imbécil!

—¿Imbécil? ¡Se supone que me ayudes, no que me insultes!

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