Capítulo 13: Beatitud

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—Kakarotto...—murmuró su nombre y lo abrazó despacio, acarició su cabellera en un intento de transmitirle su calor, no corporal, sino calidez por cariño—. Yo... yo ya sabía de la foto...

—¿Q-qué...?—se separó rápidamente y miró desesperado a los ojos serios del mayor. Vegeta no lucía sorprendido, asqueado o siquiera confundido. Estaba demasiado tranquilo ante su confesión—. ¿Lo... lo sabías? ¿Desde cuándo...?

—Kakarotto... esa foto se viralizó por completo—susurró, apreciando cómo cada una de las facciones del Son se transformaban en una mueca de mayor dolor—. En algún momento a mí también me la enviaron. Pero para mí no fue importante, sentí asco pero del sujeto que fue capaz de engañar a ese niño, nada más—Goku comenzó a gimotear después de cerrar sus ojos—. Desde el primer momento que te vi supe que eras tú.

—¡¿Entonces por qué estás conmigo?!

—¿Por qué no debería estarlo?—susurró, curveando ligeramente sus labios a modo de sonrisa cuando el más alto se animó a verlo. Aprovechó para volver a limpiarle las lágrimas nuevas—. Me agradas, Kakarotto. Somos amigos, tu pasado no es algo que deba afectarnos ahora en nuestra amistad.

—Vegeta... Barry está diciéndoles a todos que tú y yo somos pareja. No quiero que te veas metido en rumores por mi culpa, ¡sé lo horrible que se siente que hablen mentiras de ti y te traten mal por ello!—una vez más se alteró.

—Sí, y yo también sé cómo se siente eso... Kakarotto, ¿en serio crees que me importa lo que la gente diga de mí? Pff, ¡por favor! Si fuera necesario pelearía a puño limpio con cada uno, pero no quiero perder mi tiempo—retiró su flequillo de su frente—. En serio no me importa lo que digan de mí. Quiero seguir acompañándote y ser tu amigo.

—¿No te molesta que yo sea... gay? No quiero que pienses que tengo otras intenciones o...

—Ja, ja, ja—soltó una risilla baja—. Kakarotto, si no me molestó antes, ¿qué te hace creer que me molestará ahora?—al Son se le sonrojaron las mejillas—. No te creo capaz de eso. Y si llegase a ocurrir, ¿qué más da? No tendría por qué afectar nuestra amistad. Creo que ambos somos lo suficiente maduros para poder sobrellevar una situación así. Y si no, en el momento lo decidiremos.

—Tú...

—Kakarotto, antes tú intentabas alejarme. Pero quise entrar a tu mundo, no por lástima, sino por empatía. Imaginaba que necesitabas apoyo y quise estar contigo. Pasando el tiempo me agradabas más y te consideré mi amigo. Esperé demasiado a que me permitieras ese apoyo, y sé que en estos momentos has de sentir que me mentiste, pero no lo hiciste. No te miento, de momentos me sentía estúpido al intentar demasiado y que no me dejaras, pero también tenía miedo de abandonarte y que yo ya haya conseguido ser tu amigo.

>>Tanto tiempo lucías agotado por todo, y yo de verdad quería salvarte. Estando a tu lado pude ver que aún intentabas luchar, al principio noté que eras tú solo contra el mundo. Pero, te juro, Kakarotto, que ya nunca estarás solo en tus batallas. Yo te apoyaré, estaré a tu lado. Pelearé a tu lado—posó su mano en su hombro—. Por favor, déjame entrar a tu vida y ser tu amigo fiel. Kakarotto, permíteme luchar contigo.

—Vegeta...—susurró. Su corazón latía rápidamente, sus mejillas estaban completamente enrojecidas, pero en sus labios se formaba una discreta sonrisa luego de oír las palabras del más bajo.

Tantos años había deseado un salvador. Alguien que lo ayudara a salir de aquel hoyo depresivo en el que se había sumido y que a duras penas había comenzado a escalar en su soledad hace unos meses. Shapner había sido una buena persona para él. Pero Vegeta... él, estando en lo más alto, había bajado únicamente para tenderle la mano y ayudarlo, para ir ahora de la mano

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