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Mis piernas temblaban como gelatina al acercarme a la mesa pero lo peor fue cuando trate de hablarle, esos ojos azules me hicieron olvidar todo... Hasta que él abrió la boca.

- Y... Te gusta lo que ves? - dijo sonriendo - Porque creo que a mi me gusta más la mesera que la comida...

- Mira, imbécil - dije enojada - jamás estaria contigo - aunque debo reconocer que estaba mintiendo, ese chico estaba como queria.

- Te vi hace un rato y... - lo interrumpí

- Claro que me viste idiota, trabajo aqui.

- Pues creo que vendré mas seguido...

- Solo dime que quieres comer para poder irme y dejar de ver tu asquerosa cara.

- Diria que quiero desyunar a quien me esta atendiendo - dijo mirandome fijamente - pero creo que seria algo inapropiado, ya que estas en horario de trabajo - imaginé todo lo que pude imaginar en ese momento, y no pude evitar que mis mejillas se ruborizaran y creo que el lo notó porque solo reía al ver mi rostro - oye hermosa - su voz me sacó de mis pensamientos y en cierto modo se lo agradecí.

Solo pude responder con un estupido: - Ah?

De nuevo rió, pero esta vez mirando hacia el suelo - Solo traeme un café. Y por cierto, mi nombre es James, pero dime Jimmy.

- Y a mi que me importa tu nombre!

- Teniendo en cuenta tu comportamiento de hace un rato, parece que te importa mucho.

Lo único que pude hacer fue darme la vuelta y caminar para pedir su café y llevarselo de una vez. Pensé que sería divertido escupir en su taza, pero justo cuando estaba por hacerlo apareció Michelle.

- Tú! - la miré con enojo - Por tu culpa estoy metida en esto!

Ella sólo me miraba confundida.

- De que estas hablando Mae?

- Estoy hablando del chico que me hiciste atender! Solo dice ridiculeces y te juro que terminaré golpeándolo.

Mich solo reía mientras yo ardía de furia. Que era tan gracioso? Estaba enferma o que?

- Te gusta, verdad?

Como podía decir eso?! Lo odiaba! Queria tomar un cuchillo de la cocina y castrar a ese maldito!

- Claro que no! - dije casi a los gritos - es un tonto! Y ahora, por tu culpa debo llevarle este café - dije tomando la taza - y espero echárselo todo encima.

Salí de ahí en dirección a su mesa, donde él estaba sentado mirandome con una sonrisa en los labios. Juro que si no trabajara ahí, le hubiese dicho a ese idiota hasta de que iba a morir.

Me acerqué a él, le di su café y le entregué la cuenta. Me dispuse a alejarme lo más rapido posible de ahí, pero en cuanto me di la vuelta el me agarró de la muñeca.

- Quieres salir el sábado?

Ni siquiera me giré para mirarlo.

- Primero muerta. - Dije liberando mi brazo de su mano e inmediatamente caminé hasta llegar a la cocina.

Mi turno había terminado, así que tomé mis cosas y salí caminando hasta mi casa, al llegar encontré a Matt sentado frente al televisor casi hipnotizado por su videojuego.

- Que hay, tarado? - dije quitándole la gorra que tenía puesta.

- Cuidado peste! - dijo sin mirarme - Por poco me haces perder.

Subí a mi habitación y pensé en todo lo que me habia dicho ese tal "Jimmy".

- Es un idiota - dije en voz baja.

Tomé una larga ducha y me dispuse a dormir, era algo temprano pero estaba agotada. Lo único que quería era no encontrarme a James y a sus ojos azules de nuevo.

Second HeartbeatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora