Mi Secreto [TERMINADA]

💥Capitulo 20💥

Pov narradora:

Durante el fin de semana ambos estuvieron saliendo, y ahora tocaba el mayor reto. Por pedido de la peli violeta nadie podía saber que ellos estaban, por así decirlo, intentando algo.

*

Estaban en su clase de inglés cuando esta dio fin y Present Mic se retiró para que los estudiantes almorzaran.

—Mirokia-san —Todoroki se acercó a su mesa—. ¿Comes conmigo?

—Claro que si, Todoroki-kun —se levantó y sintió un pequeño jalón en su uniforme—. Mandaré un mensaje importante antes, ¿buscas mientras los lugares?

Este asintió y se fue del salon, igual que muchos otros.

—¿Que quieres? —preguntó a Bakugo en un susurro mientras fingía buscar algo en su mochila.

—Nada.

—¿Y para que tiraste de mi uniforme?

No contestó y se levantó mientras salía del salon.

-¿Que te pasa, Bakugo? -pensó.

Ignoro eso y fue a sentarse en la mesa que Todoroki había elegido.

—Pedí algo para tí —dijo mientras le pasaba una bandeja con la comida que siempre pedía.

—No tenías porque hacerlo, gracias.

Comenzaron a hablar cuando Bakugo se acerca a ellos.

—Hazte a un lado, extra —le dijo a Mirokia mientras ella lo ignoraba.

Iba a acercarse cuando Todoroki golpeo su brazo, empujandolo, evitando que se sentara.

—Vete a otro lado —dijo de forma tranquilo aunque bastante serio.

—¿Quien te crees, bastardo?

—Basta ya —interrumpió la peli violeta mientras se levantaba—. Todoroki, vámonos.

El no lo pensó dos veces y tomó su bandeja mientras la seguía hasta la mesa en la que estaban Midoriya, Uraraka e Iida.

-Idiota mitad-mitad -pensó.

*

Al salir de la UA Bakugo siguió a Mirokia.

—Aveces eres increíble, Bakugo —dijo una vez que se alejaron lo suficiente de los demás.

—No quería molestarte —rodeó su cintura con su brazo—, solo mantengo lo mío.

—No soy tuya.

—Todavía.

Empujó su brazo—Bakugo, no soy objeto que puedas reclamar o hacer de tu pertenencia.

—Lo sé. No te considero como una cosa, solo te quiero para mí.

—Osea que salir contigo implica no tener amigos.

—No te voy a prohibir nada, pero solo seras mía —tomó su mano.

—Por dios —dijo esta pensando en el lío que se había metido.

—Venga, vamos a divertirnos un rato —la tomó de la cintura cargandola por sorpresa, haciendo que esta se sostuviera de sus hombros.

—Bakugo, bajame, nos pueden ver.

—No me importa.

—A mi sí.

—Dejame hacer el intento de pasar un momento feliz contigo —le sorprendió bastante que hubiera dicho eso.