💥Capitulo 1💥

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Narra Mirokia:

Tuve la desgracia, que todos en realidad toman como un gran don, de nacer igual que mi padre. Tengo pegadas a mi cuerpo, en mi espalda, dos terriblemente monstruosas alas plateadas.

Todos las llaman alas de hierro. Me dicen que tendré él mismo poder que mi padre, él es una especie de halcón gigante y justiciero, pero nada de eso me importaba, yo las odiaba... y con bastantes razones.

*

Conocí a Izuku Midoriya cuando me mude con mi familia a una zona cerca de donde el vivía. Desde que tengo memoria él ha sido mi mejor amigo.

Estaba en el parque con mi madre cuando ese pequeño niño de pelo verde caminaba con su madre. Ni el ni su madre dejaban de mirarme, hacia sentirme rara.

Mi madre se pone a hablar con la suya mientras él, solo se había quedado viendo mis alas.

—¿Puedo tocarlas? —preguntó con algo de pena.

Mi madre escuchó su pregunta y se acercó a él, sujetando su antebrazo.

—Ven aquí, Mirokia —negué con la cabeza y guarde mis alas detrás de mí.

Suponía que pasaría lo siguiente si lo permitia:

Ese niño las tocaría.

Su mano comenzaría a sangrar por algún corte.

Deberían llevarlo a urgencias por mis filosas alas.

—¿Mirokia? Desplega tus alas —volvía a negar y me bajé de la banca para echarme a correr—¡Mirokia!

Ese era el poder de mí padre. Las plumas de sus alas eran tan filosas como una cuchilla, y yo había heredado ese maldito poder cuando hace unos meses desarrollo mi quirk. Con las alas ya había nacido ya que por parte de mi padre soy una híbrida halcón.

*

Al llegar a mi casa recibí el regaño de mi vida por según ella "haberle hecho pasar vergüenza". Yo lo tomé como más bien escapar de algo que no quería que terminara en desastre, y estaba bien en mi opinión.

Luego de un tiempo nada fue tan malo, al menos descubrí que puedo hacerlas desaparecer de la vista por un rato. Mi padre me explicó que no debo hacerlo por mucho tiempo ya que sino jamás aprendería como manejarlas.

*

Luego de un tiempo Izuku me presentó a los que parecían sus amigos. El tal Katsuki Bakugo parecía la cabeza del guupo. Siempre me gustó, se veía tan lindo, aunque su actitud no era para nada agradable aveces.

Conmigo solía ser lindo y bueno, muy diferente de como trataba a Izuku.

Luego de que Bakugo descubriera su individualidad, le gustaba burlarse de que Izuku no tendría una tan poderosa como la suya. En cambio conmigo era insoportable, causaba explosiones cerca mío y de mis alas cada que podía. Estaba cambiando.

—Creí que querías deshacerte de ellas — explicó con una sonrisa.

—Pe-pero no así —tartamudee. Aveces las actitudes que Bakugo tomaba me comenzaban a dar miedo.

*

Cierto día ya me había cansado de sus molestias, incluso me había puesto un apodo. Comenzo a llamarme 'Tori' por mí parentesco a las aves que a el le gustaba. Al principio sonaba lindo ya que lo había hecho de forma amistosa, pero luego comenzó a ser un insulto con lo que lo acompañaba.

Comencé a gritarle cuando discutiamos, pero no fue un grito cualquiera. Ondas de sonido salieron de mí, arrasando con las pequeñas cosas que estaban en el camino. No fue tan fuerte como creí, ya que solo logre hacer que Bakugo de desestabilizara y cayera hacia atrás.

Su cara de enfado lo decía todo. Genial, ¿por que debí descubrir mí segunda individualidad justo con Bakugo?

—¡¿QUE RAYOS HICISTE?!

Sus gritos cuando estaba enojado aveces me asustaban. Tapé mi boca y sólo lo miré.

—Yo... yo...

—¡TE EXPLOTARÉ LA CARA, TORI!

No tuve tiempo a reacciónar cuando Izuku se pone entre Bakugo y yo, dejando que este lo golpeara.

—¡No, Izuku!

Volví a gritar haciendo que se alejara de mi amigo y lo sujeté como pude para salír corriendo del bosque en el que nos encontrábamos.

—¿Que fue eso, Izuku? —lo abracé, aunque este se quejó por el dolor—. ¿Por que lo hiciste?

—No podia dejar que te golpeara.

Lo mire seria—Lo agradezco, Izuku, pero aún no tienes tu individualidad y mira a Bakugo, el nos destrozará.

—¡Deku! ¡Tori!

Lo escuché a lo lejos.

—Si tengo que pelear con él lo voy a hacer por tí, Izuku.

Sujeto mi mano—Vamos a casa.

Asenti y nos fuimos a su casa. La madre de Izuku siempre era muy cariñosa conmigo, a diferencia de mi madre con mi mejor amigo, que lo odiaba. Al explicarle a mi madre lo que había sucedido al volver a mi casa, ella se puso más que felíz y llamó enseguida a mi padre.

El que hubiera descubierto mi individualidad la ponía más que feliz, pero yo estaba molesta por lo que había pasado.

—Mamá, ¿Que no me has oído? ¡Katsuki golpeó a Izuku!

Ella más bien me ignoraba y estaba saltando de alegría por mi nuevo poder que para peor, había sido el suyo.

*

Tiempo después, volví a mi lugar de origen donde estaba el resto de mi familia como mi padre, la ciudad de Mutsu.

Teníamos una residencia escondida en un lugar que solo los de nuestra familia conocía, y para ser más específico mi familia no era muy grande.

Ademas de mis alas y mi mitad halcón ahora tengo también la individualidad de mi madre, gritos sónicos. Con esto lleva muchas grandes cuidados con mi cuerpo, incluida más que nada mi garganta.

Ya se, ha quedado muy feo :'v nunca fuí buena con los comienzos de historia, pero espero que este les guste.

Mi Secreto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora