Mi Secreto [TERMINADA]

💥Capítulo 17💥

Narra Mirokia:

Ví correr a mi madre hacia mi, se veía muy alegre, que extraño.

—¡Felicidades por haber quedado en primer lugar! —exclamó abrazandome y besando mi cara.

En realidad me daba asco su actitud tan hipócrita, y más que lo hiciera en frente de mis compañeros.

—Ustedes también estuvieron muy bién —estrechó la mano de Iida, Yaoyorozu y se detuvo en Todoroki—. Tu debes ser el famoso hijo de Endeavor —este no dijo nada—. No imagino de que otro lado podrías haber sacado tanto poder, espero ver todo pronto.

Se fue de allí con una sonrisa, maldita falsa.

—No nos dijiste que tu madre era una héroe profesional —dijo Iida.

—Si, mi madre, la famosa Sonic Boom, es un orgullo ser su hija igual que serlo de Iron Falcon.

Me levante de mí lugar e Izuku me siguió.

—Agh, la odio tanto cuando hace ésto —gruñi.

—Ya sabes como es, ignorala. Que no te desanime para las siguientes pruebas.

Escuchamos a Present Mic por los altavoces, faltaba muy poco.

—Debemos prepararnos.

*

Viendo el tablero de posiciones a mi tocó con...

—Mirokia —Denki me abrazo por la espalda—. Va a ser todo un honor pelear contigo.

Sonreí—Te tendré piedad, eléctrico, lo prometo.

—Lo mismo digo —besó mi mejilla.

*

Volví a la sala para cambiar este ridículo uniforme de porrista, voy a matarte Mineta por haberme engañado.

Dejé el uniforme de porrista sobre la mesa y me senté en la silla, estaba cansada. Escuche a alguien entrar y al voltear ví a mi padre.

—¿Que quieres?

—Practicar unas técnicas contigo.

—No gracias, práctico sola.

—No eres lo suficientemente fuerte, te he visto —sujeto mi brazo—, así que practicaremos ahora.

—¿Ahora si quieres venir a practicar conmigo cuando podrías haberlo hecho hace mucho tiempo?

Trate de resistirme pero no podía, el era muy fuerte. Oímos unos pasos y este me soltó de inmediato.

—Cierra la boca —murmuró.

Kirishima entró y miró a mi padre—Lamento interrumpirlos, volveré luego.

—No te preocupes chico, este es su espacio y de todas formas ya nos íbamos, vamos a entrenar —dijo—. Mirokia, vamos.

—Disculpe pero, ella me había prometido que entrenaríamos nuestras habilidades juntos —este paso su vista de Kirishima hasta mí.

—Seguro, no hay problema. Me agrada que mi hija tenga muchachos como tú de amigos para entrenar —palmeo su hombro—. Espero que ganen.

—Así será, señor.

Mi padre se fue y suspire más aliviada.

—De nada —dijo.

—Gracias, Kirishima. En realidad no tenía ganas de entrenar con mi padre.

—Lo noté por la cara que tenías. Vamos a divertirnos un rato.