13.

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"solo sabía que necesitaba..."

...
Se me hace tan tierna pero estaba sediento y hambriento, pero no de comida, sino de la chica que me tenía mal, ella.
...

Era ya por la tarde, estábamos cansados pero así igual quisimos salir, caminamos por el monte para ver las vistas de la ciudad:
-¿Vamos a subir todo esto solo para ver la ciudad?-dice Ele, cansada de tanto caminar.

-Obviamente, si quieres te llevo lo que queda, falta unos cientos metros más, ven- le digo para después subirla a caballito. Sentía todo su peso en mi espalda, ella me acariciaba el pelo y de vez en cuando me daba algún beso en la mejilla.

Llegamos a lo alto de esa colina haciendo que ella se bajara, nos sentamos admirando las luces de los edificios que iluminaban esa ciudad. Elena estaba recostada a mi hombro, sentía como me miraba por momentos, yo solo sabía que necesitaba sus labios junto a los mios.

De un momento a otro se separó de mi hombro y me empezó a mirar, yo me giré para saber qué pasaba. Me estaba mirando los labios, provocándome, yo también miraba los suyos, teníamos el mismo pensamiento en la mente. Nuestros labios se encontraron a la vez haciendo que ese beso fuera mágico, respiramos por un momento, haciendo que nos separamos, veía una sonrisa dibujada en su rostro que me hacía aún más feliz.

Mi compañía le agradaba y a mi la suya, no había mejor lugar que a su lado, solo necesitaba eso en la vida para volver a mí felicidad. Volvimos a juntar nuestros labios, sintiendo otra vez esa felicidad en mi interior, sintiendo lleno mi corazón.
...

Eran altas horas de la madrugada, seguíamos allí, disfrutandonos entre nosotros. Nos fuimos hacía el hotel, estaba todo muy oscuro y apagado, las luces de los edificios estaban apagadas haciendo que la ciudad poco a poco se viera más siniestra. Daba miedo caminar por las calles, tenía a Elena rodeada por los hombros con mi brazo. Llegamos al hotel y Elena fue directa a tomarse más de cinco pastillas, puede ser era uno de sus dolores de cabeza o algo por el estilo, estaba cansado y no iba a joderla para preguntarle algo.

Nos fuimos a dormir, cada uno a su lado en la cama de esa habitación. Al despertar estábamos juntos, ella encima de mi brazo que le rodeaba la cintura y bastante cerca, le di un beso para despertarla, las mañanas aquí en Colombia eran tan bonitas y cálidas como en ningún lado, ni siquiera como en Madrid, el sol se asomaba desde el monte en el que habíamos estado la noche anterior.

Todavía no se despertaba, admiraba su rostro desde el teléfono de la habitación para pedir un desayuno para los dos, no había plan mejor que una mañana con un pequeño desayuno.

Apenas llegó el desayuno desperté a Elena, no despertaba, mierda. Su corazón latía normalmente y respiraba pero no sé despertaba, iba a llamar al servicio de habitaciones para que me ayuden pero al final Elena se despierta con su respiración agitada y llorando:
-Que ha pasado? No despertabas, estás bien? Son las pastillas que te tomaste ayer? Hay algo que no me has dicho?-eran demasiadas preguntas lo sé, pero necesitaba esas respuestas.

-No, no sé. Las pastillas eran para la ansiedad, sufro de ansiedad y eso me afecta día a día-estaba confusa, no dude en darle un abrazo

-Tu ansiedad tiene una historia, verdad? cuéntamelo-le decía mientras seguía abrazandola.

-Todo comenzó cuando salí con uno de mis primeros novios al comenzar la universidad, yo confiaba en él más que a muchas personas, me separé de todos, quise seguir mi vida solo con él ya que era muy celoso y no me dejaba estar con nadie. Cada vez el confiaba menos en mi pero lo que no sabía es que todo era para hacerme quedar como una idiota, estaba conmigo para cubrir un rollo que tenía y cuando lo descubrí me obligó a quedarme con él, llegando a maltratarme, caí en las ilusiones que el me creó, era una estúpida. Volví a tomar contacto con mi mejor amigo y me ayudó, pero al separarme me di cuenta que estaba mal, tan mal que tuve que ir al médico y al psicólogo donde solo me dieron pastillas que tengo que tomar muchas veces al día pero a veces no funcionan y pasan cosas como estas. Cómo hoy, perdón por joderte la mañana, y el desayuno que tenías preparado- al escuchar la historia me sentí más aliviado, ha sufrido mucho y necesitaba de mi apoyo, la quiero mucho, la amo.

-Estoy aquí, yo te voy a cuidar siempre. No la has cagado, haz lo que tengas que hacer para superar esa época, cerrar esa etapa.

-Es imposible, lo he intentado todo pero ese mismo sueño me persigue a toda corriente y no lo puedo evitar por más que quiera- se separa del abrazo y me mira a los ojos, le devuelvo la mirada y veo sus ojos hinchados de llorar, yo voy a estar a tu lado sea como sea.
...

a veces; bnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora