Chapitre quatorze

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—No es necesario, pero nos mantendremos en contacto —dije a través del tono y sonreí—. ¿Ya terminaste tus exámenes?

La brisa fresca de un invierno que estaba terminando, golpeó mi rostro una vez que salí del edificio en donde yo trabajaba y sujetando el teléfono sobre mi oreja derecha, descendí los escalones hasta la vereda.

Hoy di el último, así que estoy desocupado hasta el próximo semestre —me respondió Jungkook, no evité sonreír mientras me detenía y me apoyaba contra uno de los pilares del edificio de la empresa—. No salir la semana pasada fue un infierno para mí, creo que me acostumbré demasiado a esto.

Levantando las cejas, solté una risa.

—Te acostumbraste a verme —le dije en un descaro—, admítelo.

El pelinegro soltó un suspiro a través del tono y me volví a reír.

Lo admito, quiero verte.

Nuevamente, mi corazón comenzó a latir rápidamente en mi pecho y mordí mi labio inferior. Yo también tenía que admitir que no haber visto a Jungkook durante la semana pasada había sido un calvario, porque 15feedtunder no era lo mismo si el no estaba sentado a mi lado o bailando conmigo, incluso los desconocidos que tanto solía apreciar con anterioridad en la pista de baile, se habían convertido en lo más insignificante de la noche. A pesar de que no nos habíamos podido ver, el castaño siempre había estado en el chat conmigo y al trascurrir los días, los mensajes se convirtieron en llamadas y los minutos en horas. Y no me molestaba para nada la idea de hablar por teléfono todos los días después de que yo saliera del trabajo y él de la universidad, tampoco me desagradaba no tener nada para decir porque el ambiente incómodo entre nosotros había desaparecido y escuchar los suspiros de Jungkook era lo más bonito, tierno a la vez.

—Yo también quiero verte —murmuré.

Y todo lo que estábamos haciendo, no era para nada una amistad. Esto no hacían los amigos. Los amigos no se coqueteaban por teléfono ni querían verse en todo el tiempo, tampoco hablaban por más de cinco horas de cosas insignificantes, a veces nada. Mucho menos se deseaban, como la manera imprescindible en la que quería estar a su lado y besarlo. Los amigos no se extrañaban, ni se decían cosas bonitas o se miraban a los ojos por mucho tiempo.

Y lo peor de todo era que Jungkook últimamente me tenía tan confundido. Cuando me llamaba, cuando se preocupaba por mí, cuando me coqueteaba en broma o me decía que yo era muy bonito, cuando me mandaba audios de voz a través de KakaoTalk cantándome una canción, cuando aquella última vez que nos vimos se había quedado a mi lado en su cama, abrazándome y su pecho palpitaba contra el mío, su corazón latiendo rápido y sus ojos perdidos en mí. ¿Cuándo nos habíamos vuelto así de cercanos? ¿Cuándo mi corazón comenzó malditamente a latirle en desesperación? Por supuesto, Jungkook me gustaba y yo no era tan estúpido como para no haberme dado cuenta de ello. Lo había dicho antes. Sin embargo, ¿me estaba enamorando de él? ¿esto era el amor? Me sonrojé.

Yo no podía estar enamorándome de Jungkook porque aquel había dicho que era heterosexual y que amaba a su ex novia, pero entonces no tenía sentido todas las cosas que nombré sobre él con anterioridad. Eso me confundía. ¿Y sí él estaba cambiando? ¿Y si yo le gustaba también?

Y si le gustaba, ¿A dónde iríamos a aterrizar? Temblé. Me estaba ilusionando mucho y me agobié pensando en la posibilidad de una relación. Yo lamentablemente no quería estar en una ahora, porque estar en una relación era mucho trabajo y dedicación para esa persona, y tiempo que yo no tenía a excepción de los fines de semanas donde disfrutaba de mi libertad con... Jungkook.

¿Te puedo llamar dentro de un rato? — interrumpiendo mis pensamientos, Jungkook me preguntó.

Me gustaba como él y yo estábamos ahora.

Samedi • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora