15 de agosto del 2020. Suyeong-gu, Busan, Corea del Sur.
Los grandes edificios me rodearon en cuanto el tren salió del túnel y se subió por el puente, como si quisiera llegar al cielo y alcanzar las nubes, como si estuviera volando debajo de la brisa caliente y el sol de verano. Tan rápido como mi corazón latiendo al mismo ritmo de las ruedas golpeando el riel y las olas del mar en las piedras.Me dejé consumir por la tarde de viernes en agosto y solté un suspiro recordando todo lo que había sucedido en estos últimos cinco meses desde que le lloré de amor por primera vez a Jungkook y como mi vida había cambiado por completo después de eso. De repente, todo había dado un giro de noventa grados cambiándolo absolutamente todo. De ser la persona más solitaria los fines de semanas y no querer tener ningún tipo de relación con nadie, pasé a ser la persona más acompañada en los sábados y a tener una extraña relación sin nombre con mi compañero de baile.
No habían pasado muchas cosas importantes en este tiempo, todo parecía ir en una sola línea recta que estaba marcada perfectamente bien en nuestro camino, sin estropearse. Mi trabajo seguía siendo pesado, Aeon continuaba molestándome por la mañana y Jungkook seguía siendo Jungkook. No había cambiado nada en él, pero si en nuestra relación de tonteo, quería decir, desde aquella noche que me regaló el álbum de fotos realizado por el mismo —qué, por cierto, habían más fotos ahora porque yo lo iba rellenando a medida que pasaba el tiempo y nos sacábamos más fotografías— y lo besé con tanto amor que podía sentir, su mirada hacia a mí cambió por completo y su forma de hablarme también, como más íntima, como más suya, como dejándome conocer su alma tal cual era y llamándome por un apodo que amaba.
Jiminnie.
Continuamos saliendo los sábados, por supuesto. Sin embargo, 15feetunder había dejado de existir un poco para nosotros porque sólo bailábamos unas cuantas pistas y luego nos esfumábamos en la motocicleta de Jungkook, yéndonos a las montañas para poder besarnos, abrazarnos y estar con nosotros mismos al son de la noche. De todas maneras, nunca pasamos a más de un beso y a unos cuantos toques descarados. Aunque quería con toda mi alma hacerlo para mí, no me atrevía. Me sentía inseguro, como que todavía no era el momento oportuno y como que no sabía si él querría. Como que necesitaba su aprobación primero.
Como que haciéndole el amor significaría que me abriría completamente a él y le entregaría mi corazón por completo.
Y quizás sonaba estúpido, porque realmente seguíamos en plan del tonteo. Pero Jungkook me gustaba mucho.
No, no me gustaba.
Yo estaba completamente loco y enamorado de él como si no tuvieran una maldita idea.
Aeon me había dicho muchas veces que ser cerrado y reservado era algo estúpido, que nadie lo era en este siglo y que la gente tenía sêxo por querer, para satisfacer una necesidad y listo, sin ataduras ni sentimientos. Pero yo sí tenía sentimientos por Jungkook y quería que ese momento fuera especial para ambos, que él me dijera con su propia boca que estaba enamorado de mí y que quería pasar al siguiente nivel, que dejáramos esto de tontear y nos convirtiéramos en una pareja oficial.
¡Porque maldita sea! ¡Sí que parecíamos novios realmente!
Había perdido la cuenta de la cantidad de citas que tuvimos entre medio de las semanas cuando alguno de los dos salía temprano de sus quehaceres, o cuando yo pasaba a buscarlo luego de su sesión del psicólogo o cuando él me esperaba fuera de mi empresa para llevarme a algún sitio. Sin contar las veces que me quedé a cenar y a dormir en su departamento, como él en el mío que hasta ya tenía su cepillo de dientes en mi baño y mudas de ropas a un lado dentro de mi placar. Y las llamadas diarias, los chats en Kakatalk y los estúpidos audios que nos mandábamos diciéndonos lo mucho que nos extrañábamos.
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Samedi • Jikook
FanfictionPark Jimin y Jeon Jungkook se conocen en una noche fresca de sábado donde las luces de la discoteca "15feetunder" en Busan, iluminaron sus almas para conducirlos por el mismo camino de sus vidas. Uno es solitario, amante de las salidas nocturnas y e...