Un sábado después a las una de la madrugada en 15feetunder, la música entraba a mi cuerpo y lo hacía bailar por si solo como si fuera que algún mago estaba controlándome desde lejos, tal marioneta danzando en frente de muchas personas a la vez que era controlada por alguien más. Sentía tanta adrenalina y no sabía si era por el entusiasmo de que mi noche favorita de la semana por fin había llegado o si los dos vasos de cerveza anteriores ya estaban haciendo efecto en mi sangre. Así que bailé un poco más junto a un grupo de chicas con las que me había unido y disfruté de la canción hasta que terminó. Me sentí agitado y tomé aire quitándome el sudor de la frente mientras llevaba mi cabello negro hacia atrás.—Eres un buen bailarín —me dijo una de las muchachas con las que estuve bailando acercándose a mí y sonriéndome. Le devolví la sonrisa y negué con la cabeza.
—Tengo mis noches, pero gracias por el cumplido.
—Me interesas, ¿crees que deberías darme tu número de teléfono para contactarnos y volvernos compañeros de salidas? —emocionada, sacó su teléfono celular y me lo tendió. Levanté una ceja mirando hacia el aparato— y tal vez volvernos novios después, quien sabe.
—Lo lamento, pero no suelo dar mi información personal y si te soy sincero, no estoy interesado en formar ninguna relación ahora —le dije lo más amable posible y ella hizo un puchero triste—. Sin embargo, suelo venir muy seguido aquí. Si te vuelvo a encontrar, nos bailamos una pieza. ¿Qué me dices?
Ella sonrió contenta.
—Lo entiendo, de acuerdo —me guiñó un ojo y soltando una risa, se giró hacia donde estaban sus amigas.
Solté un suspiro y regresé al bar apenas sintiendo mis pies, ya que había estado una hora bailando con esas chicas sin parar. Me senté en el taburete ignorando por completo a la persona que estaba sentada a mi lado y le pedí otro vaso de cerveza al barman; cuando éste último me lo trajo, le di un sorbo hasta casi dejarlo vacío y me giré mirando a la silueta sentada a mi lado. Un deja vú regresó a mi de repente.
Y se repitió lo del sábado pasado, de todas maneras, esta vez él estaba mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.
—Pero si es el chico caprichoso —solté señalándolo con el dedo índice, estaba sorprendido de volver a verlo. Pensé que no volvería a verlo nunca más en m vida y que su presencia se había borrado junto con Valentino de Years and Years.
—Y tu el chico fiestero —respondió sin dejar de sonreír.
Incliné un poco mi cabeza e hice un mohín con mis labios.
—Creí que no volvería verte nunca más, ¿tu novia volvió a salir y a engañarte?
Aquel muchacho, quien esta noche vestía de una camisa café y pantalón negro junto a los zapatos del mismo color, asintió en un quejido y borrando su sonrisa por completo.
—Sí, lo hablamos el domingo en cuanto fui a su casa y arreglamos las cosas. Se disculpó por mentirme y quedamos con que ambos saldríamos por nuestra cuenta para quedar a mano —soltó un suspiro mirando hacia el oscuro techo salpicado en las luces de neón—. Así que aquí estoy.
Un poco incrédulo y recordando la conversación que mantuvimos la semana pasada, dije: —Pero a ti no te gustan estas cosas.
—Lo sé —levantó sus hombros e hizo una mueca—, no iba a quedarme solo en mi departamento mientras ella sale. Yo también quiero salir. Recuerda que soy un caprichoso.
—Demasiado caprichoso diría yo —puse mis ojos en blanco y le di otro sorbo a la cerveza hasta terminarla—. ¿Y por qué no salen juntos para ahorrar escenas de caprichos? Quiero decir, van al mismo lugar, ella con sus amigas y tú con tus amigos.
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Samedi • Jikook
FanficPark Jimin y Jeon Jungkook se conocen en una noche fresca de sábado donde las luces de la discoteca "15feetunder" en Busan, iluminaron sus almas para conducirlos por el mismo camino de sus vidas. Uno es solitario, amante de las salidas nocturnas y e...