El miércoles siguiente, fue sorprendente.Desde el alto edificio cuyas secciones se dividían en varias oficinas de trabajo, puede ver a través de la ventana el cielo grisáceo a punto de romperse en miles de goteras frescas. Me quedé absorto analizando la mañana helada y dándome cuenta que verdaderamente estábamos en pleno otoño. Sin embargo, los días así que eran apagados, me bajaban muchísimo el ánimo y no me dejaban concentrar bien, exactamente como ahora que había estado sentado en frente del monitor sin poder empezar el proyecto de animación que mis colegas y yo teníamos que llevar a cabo durante esta semana.
—Park, tu teléfono está sonando desde hace rato —salí de la ensoñación tras escuchar la voz de Aeon sentado a mi lado, él era uno de mis compañeros de trabajo y un gran amigo—. ¿Acaso es otra chica desesperada por tu atención que planeas ignorar nuevamente?
Sacando el teléfono celular del bolsillo de mi chaqueta, bufé rodando los ojos. Era un número desconocido, otra vez. Inmediatamente presioné colgar y decidí seguir mirando el cielo gris.
—Probablemente.
Escuché la risa de Aeon después.
—Deberías no dar más tu número de teléfono si no quieres que te llamen, galán.
Hice una mueca y finalmente, lo miré. Aeon levantó sus cejas coqueto y yo negué con la cabeza divirtiéndome de su expresión absurda.
—Es lo que hago, pero a veces la gente se pone un poco pesada. O directamente me llaman personas de las cuales jamás tuve contacto —mordí mi labio inferior cuando otra vez el celular comenzó a sonar en mi mano. Tal vez debería comprar otro chip y cambiar el número—. Demonios.
—Atiende.
—No —le respondí decidido y Aeon colocó una mano en mi hombro en modo de protesta–. No puedo atender Aeon, estoy en el trabajo.
—¿Cuántas veces has contestado cuando Hyolin te llamó?
Lo miré irónico.
—Lo de ella era urgente, sabes que estaba pasando por momentos difíciles.
—¿Y cómo sabes si la que está llamando ahora no es ella? Tal vez es otra emergencia y te está llamando alguien para-
Lo interrumpí.
—Hyolin está bien —corté la conversación y Aeon quedó a mitad de las palabras, mirándome boquiabierto.
Sin más, me puse de pie y a través del pasillo lleno de computadoras por doquier, caminé hasta el balcón y abrí la puerta contestando por fin la insensata llamada en el teléfono. La fría brisa me hizo temblar y despertar por completo.
—Por favor que sea él, que sea él, que sea él, por favor que sea él-
—¿Diga? —pregunté un poco confundido. ¿La persona que estaba llamándome se habrá equivocado?
Pero esa voz...
—¡Oh! ¡Esta vez no me equivoqué y di con él número correcto! —la persona al otro lado de la llamada exclamó en carcajadas y felicidad como si hubiera ganado la lotería de repente.
Entonces, la imagen de ese cabello castaño, esos ojos redondos y llenos de brillos junto a ese lunar debajo del labio inferior, me trajo en un instante a la realidad recordando a Samedi y en cómo le había dicho mi número de teléfono tan rápido en cuanto me dejó a las afueras de mi departamento. Solté una risa mirando el cielo gris otra vez y despeiné mi cabello oscuro.
Pensé que Samedi jamás sería capaz de recordar mi número móvil, después de todo aquella noche había quedado en claro que yo para él sólo existía en los sábados.
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Samedi • Jikook
FanfictionPark Jimin y Jeon Jungkook se conocen en una noche fresca de sábado donde las luces de la discoteca "15feetunder" en Busan, iluminaron sus almas para conducirlos por el mismo camino de sus vidas. Uno es solitario, amante de las salidas nocturnas y e...