Chapitre cinq

13.1K 1.6K 1.5K
                                    


La música a mi alrededor era acogedora y tranquila, no había mucha gente. Eso era lo que me gustaba de venir a 15feetunder los sábados. Y esta noche era la misma que un sábado más del calendario del año, con la excepción de que ahora tenía un compañero de baile que estaba sentado a mi lado mientras bebía de su vaso de Coca Cola, perdido en las botellas detrás del bartender.

Su nombre completo era Jeon Jungkook, para mí, Samedi. ¿La razón? Fue el primer nombre que me dijo en cuanto nos conocimos y el apodo que causó revueltas en mi cabeza por descubrir su verdadera identidad. Sin embargo, no había nada de raro en él, vivía en Mandeok y asistía a una universidad pública aquí en la ciudad de Busan, sus padres trabajaban en una empresa de automóviles. Jungkook tenía una novia la cual siempre que me hablaba de ella era para decirme lo mucho que la amaba o para quejarse por sus comportamientos tóxicos que tenía con él de vez en cuando. Así era él desde mi perspectiva y lo poco que lo conocía porque cada sábado que pasábamos juntos en este mismo lugar, descubría cosas nuevas de él, como que su bebida favorita era la leche de plátano y la Coca Cola.

Y desde que le pedí ser mi compañero de baile aquella vez sentados a las afueras de Metrópoli, había trascurrido casi dos meses. Dos meses por los cuales nos reunimos los sábados aquí y compartíamos una divertida pieza de baile mientras nos reíamos de los idiotas que éramos para bailar. Muchas veces cuando Jungkook salía tarde de su universidad, pasaba por mi departamento y nos alistábamos juntos para salir, como aquella vez que ordené pizza y nos subimos a un taxi para disfrutar de la noche.

Así que ahora nos encontrábamos a principio de diciembre. El otoño se estaba despidiendo y con ello el invierno parecía venir con ansias. Afuera hacía demasiado frío, incluso pensaba que lo hacía mucho más que años anteriores, por lo cual, estaba arruinando mi vestimenta de salir. Una campera con peluche no quedaba linda con unos pantalones de vestir claro y zapatos lustrados. Venir con una chaqueta era sufrir las consecuencias de un resfriado al día siguiente, aunque agradecía que esta discoteca tuviera calefacción y nuestros cuerpos se calentaran cuando comenzábamos a bailar. Lo feo era tener que sacarse el abrigo pesado y cargarlo por todas partes.

Odiaba el invierno para salir.

De todas maneras, Jungkook no parecía tener problemas con eso. Lo miré de reojo mientras aquel cerraba los ojos y tarareaba la canción que estaba sonando. Un abrigo negro gigante, pero elegante, vestía su torso y el cuello de la camisa bordó sobresalía entre la campera. Su pantalón de Jean hacía una linda combinación con sus borcegos con plataforma y por supuesto, el Rolex no podía faltar en su muñeca derecha junto a sus anillos en los dedos y los recientes tatuajes que se había hecho en su mano izquierda. Su mandíbula definida hacía sobresaltar sus labios finos llenos, de una manera que lo hacía parecer como si fuera un modelo, porque parecía serlo. Jungkook era guapo, era apuesto y eso no iba a negarlo. Me gustaba su peinado en el cabello castaño corto y los aretes que caían desde sus orejas, también me gustaba el lunar que tenía en su cuello y...

Fruncí mis cejas y ladeé mi cabeza hacia el frente al darme cuenta que había estado mirando demasiado a Jungkook de lo que hacía comúnmente. Quería decir, estuvimos saliendo por varios sábados en donde no le había prestado atención a su físico y justo ahora se me estaba dando por apreciarlo desde las suelas de sus zapatos hasta el último cabello en su cabeza. ¿Qué estaba mal conmigo? Mi corazón latía, mis manos comenzaron a temblar y mis mejillas a arder como el demonio. Esto era el colmo, me hacía mucho calor de repente.

Me sentía un ridículo, así que busqué mi vaso con cerveza y cuando lo encontré le di un gran sorbo hasta sentirme saciado de la inutilidad que estaba rondando en mi mente. Estaba a punto de girarme otra vez para preguntarle a Jungkook si quería bailar un rato, cuando su voz me interrumpió por completo.

Samedi • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora