❝No sé quién seas o por qué demonios estás leyendo esto, pero como soy una buena persona, te daré un consejo: si algún día te encuentras con una moneda extraña en cualquier lado, déjala ahí, solo va a traerte problemas; te meterá dentro de un traje...
❝Como una ola que se envuelve profundamente en mi corazón, esa eres tú❞
𓂅TaeMin
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La semana había pasado de forma arrolladora. El tipo de verde no había aparecido desde hacía un buen tiempo y KiHyun se preguntaba en que estaba tan ocupado que no parecía querer seguir donde lo dejaron. Desde que ese ser le había hecho daño a HyunWoo le guardaba aún más rencor, ya no era solo por dañar su orgullo, si no por tocar a quien más amaba, y nadie tocaba a su HyunWoo. ¡Nadie! KiHyun podría perder un ojo, una mano, la vida, ¡cualquier cosa!, pero no a su pareja, su moreno era sagrado y era lo que le aportaba cordura en su estresada vida.
Viniendo de una familia de clase media baja, hijo de unos padres conservadores con ideas retrógradas y mente cerrada, él había hecho lo que podía. Estudiaba una carrera que le facilitaría un trabajo para sacar a su familia adelante, y así evitaba que su hermanita tuviese que renunciar a su sueño. KiHyun nunca había tenido un sueño, pero siempre tuvo a MinHyuk y HyunWoo, en las buenas y en las malas, tanto que al descubrir que estaba enamorado del último no le importaron las ideas de su familia y les puso un ultimátum sobre la mesa, que le permitió irse a vivir con el moreno y ser feliz en medio de su ira hacia el mundo.
Tocó la puerta de la oficina de su amiga, era la hora de almuerzo y ella no había aparecido, así que le llevaba una rebanada de pizza y soda. KiHyun ya había terminado por el día, así que no le molestaba pasar tiempo de calidad con su amiga y darle las buenas nuevas que tenía para ella.
Se sorprendió al encontrar la que esperaba fuese una oficina organizada, convertida en un aparente campo de batalla. Había dos escritorios, y la pizarra detrás de ellos estaba llena de mensajes que pasaban desde lo estúpido hasta lo vulgar, con cosas como ¨imbécil de mierda¨ o "niñata estirada" en una caligrafía espantosa. Había esquemas extraños por todos lados, así como un montón de libros abiertos y papeles desperdigados.
Observó a su amiga medio dormida contra su laptop, tomó un asiento libre y se posicionó frente a ella, negando con cansancio. Intentó arreglar un poco de aquella zona de guerra, al menos la parte de YeRim, porque la del desconocido le importaba bien poco. Aquello pareció despertar a Rim, quien alzó la cabeza y le sonrió triste.
—Está todo hecho un asco. —le dijo, rascando sus ojos y estirándose un poco—Juro que cuando tenga tiempo voy a limpiar un poco, pero ahora mismo no puedo, el idiota volvería a dejar todo igual en media hora sólo para cabrearme, y yo le seguiría la corriente porque lo detesto.
—¿Así de mal? —preguntó, poniéndose de pie y posicionándose detrás de su amiga, tomando el cabello de esta y peinándolo con sus dedos para hacerle una trenza como las que solía hacerle a su hermanita cuando eran niños y sus padres no estaban. Recibió un asentimiento de Rim—Tranquila, sabes que si necesitas ayuda con ese cerdo yo puedo hacerme cargo. —señaló la caja que había dejado sobre el escritorio—Además, te traje almuerzo, tenemos que celebrar.
