❝No sé quién seas o por qué demonios estás leyendo esto, pero como soy una buena persona, te daré un consejo: si algún día te encuentras con una moneda extraña en cualquier lado, déjala ahí, solo va a traerte problemas; te meterá dentro de un traje...
❝En esta profunda oscuridad sólo esperé por ti, esta noche que el tiempo acarició.❞
𓂅TaeMin
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Tenía cinco años cuando Shin HoSeok supo que sus papás eran diferentes. Él sabía que era un niño distinto a los demás, sus compañeros del colegio no paraban de recordárselo, porque, a diferencia de otros infantes, él no tenía la necesidad de relacionarse y jugar, se sentía en paz observando el bonito reloj de cuco que había en su salón. Era muy pequeño y nadie le había enseñado, pero sabía contar el tiempo. Un día su madre se había sentado con él y le había contado la historia de sus ancestros: gente especial con dones extraordinarios dados por los dioses, y le mostró una moneda con una bonita amatista en el centro.
—¿Te gusta? —le había preguntado, él había asentido cegado por el brillo y la inocencia—Es un regalo de Minerva, ella me confirió el don de la inteligencia, y yo te lo legaré a ti algún día.
Él se había quedado observando el bonito rostro de su mamá, odiaba no parecerse a ella, no tener sus bonitos ojos claros y el cabello de un color brillante. Todo el mundo decía que era igual a su papá, con expresión malhumorada, los mismos ojos oscuros y todos los rasgos asiáticos. HoSeok a veces no entendía ni la mitad de las cosas que sucedían a su alrededor, pero sabía que el tiempo era importante, y la inteligencia también, y su madre le había asegurado que su sangre era única y que podía lograr grandes cosas cuando creciese. Ella le habló de sus antepasados, grandes dioses con forma de hombres que protegían a la humanidad de otros gigantes malvados. Le dijo que siempre iba a estar para él y jamás le dejaría solo.
Durante mucho tiempo, él se lo creyó de forma inocente.
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Acababa de cumplir siete cuando su padre regresó. Se había ido cuando él era muy pequeño, según su mamá tenía una misión importante que cumplir por ser el líder del equipo. HoSeok no creía eso, una vez había escuchado a su mamá hablar con una amiga sobre cómo su esposo había tenido que marchar luego de que aquella misión saliese mal y fuese a arreglarse la cabeza porque había sido el culpable de que muchos de sus compañeros perecieran. Él no entendía del todo lo que su mamá había querido decir, sólo que su padre estaba enfermo.
