Júpiter observaba poco convencido como su Panteón peleaba sobre si los jóvenes seleccionados cumplían o no las condiciones para llevar a cabo tal misión. No eran los que él hubiese seleccionado, para empezar, él quería romanos puros, que llevasen restos de sangre divina esparcidos en la sangre; quería remanentes del pasado dorado.
Sus estupideces y propios fallos le habían provocado aquello, después de mandar a sus últimos romanos a una misión suicida, tuvo que hacer tratos con dioses de otros panteones para ser capaz de seleccionar de sus tierras; pero esos tratos ya estaban expirando, así que tuvo que hacer un sacrificio y llegar a una condición con unos de los panteones más complicados. Le hizo una promesa estúpida a Yaya Seolmundae y consiguió un arreglo sostenible, hasta que uno de los Titanes escapó a Corea y otro se infiltró entre su armada e hizo un desastre.
Ya habían pasado unos años desde ese suceso, pero nuevamente la guerra contra los Titanes y los suyos se había vuelto a poner en marcha, sin un motivo aparente. Júpiter se aseguró de no cometer los mismos errores, así que pidió a sus compañeros que registrasen toda la zona y encontrasen candidatos perfectos.
Sus hermanas e hijas se negaron, después de lo que había sucedido preferían no estar involucradas, sin embargo, sus hermanos e hijos tuvieron una opinión diferente, trabajando sin descanso, peinando todo un país porque ya sabían dónde se desarrollaría la lucha.
El primero en escoger fue Marte, mostrando a un muchacho delgado y de rostro bonito, campeón de hapkido con cinturón negro 9º Dan, mal carácter y estudiante de leyes con una personalidad de mil demonios, preparado siempre para ir a la guerra, así como para defender a los débiles. Su complexión era engañosa, pues aunque no era tan alto, más joven había participado en peleas callejeras y siempre salía invicto, descubriendo así que tenía una bendición de la diosa Victoria desde que era un infante, haciéndole el candidato perfecto.
Vulcano fue el segundo, revelando a un estudiante acabado de graduar de preparatoria y que comenzaría a estudiar ingeniería mecánica. Un tipo extraño pero cuyas manos transformaban cualquier cosa que encontraban en algo nuevo, mostrando un cerebro brillante en inventiva. No parecía tener conocimientos en otro campo que en ese, pero era algo que se podía solucionar.
Febo se encariñó con un muchacho de cabello castaño y rostro andrógeno, gran talento musical, de carácter bondadoso y compasivo, además de un arquero experimentado. El chico parecía ser amigo del muchacho que Marte había escogido, lo que hacía posible la creación de un equipo.
El elegido por Neptuno era un chiquillo de campo criado por sus abuelos, pero un nadador estrella en camino a las Olimpiadas de los humanos, rápido y certero, con un amor al agua digno del mismísimo dios. El muchacho parecía sencillo y tranquilo, lo que lo hacía perfecto.
La discusión se debía a que Plutón se había negado a encontrar a un pupilo que apadrinar y prestar sus poderes para la guerra, diciendo que ningún humano sería capaz de soportar tal carga.
Júpiter le permitió su decisión y le instó regresar a su reino, honestamente no le gustaba tratar con su hermano, era demasiado voluble y a partir su divorcio se había vuelto más insoportable y sombrío que de costumbre. Dejó escapar un suspiro, y desde su trono observó al muchacho al que había escogido, no estaba del todo seguro, no parecía tener madera de líder, pero había algo en ese estudiante universitario de física y aerodinámica que le decía era el correcto, y su instinto jamás se equivocaba.
Con la decisión tomada, se dirigió a lo más alto del cielo, y desde allí lanzó las armaduras, sabiendo que estas encontrarían a sus dueños legítimos, y rezando para que Saturno no llegase a ellos primero.
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X-Phenomenon |Monsta X
Fanfiction❝No sé quién seas o por qué demonios estás leyendo esto, pero como soy una buena persona, te daré un consejo: si algún día te encuentras con una moneda extraña en cualquier lado, déjala ahí, solo va a traerte problemas; te meterá dentro de un traje...