❝No sé quién seas o por qué demonios estás leyendo esto, pero como soy una buena persona, te daré un consejo: si algún día te encuentras con una moneda extraña en cualquier lado, déjala ahí, solo va a traerte problemas; te meterá dentro de un traje...
❝Una fogata bajo el cielo de la noche, estoy apoyada en tu hombro❞
𓂅 Red Velvet
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―Me complace saber que tus negocios hayan ido como esperabas.―Key se removió al escuchar la voz de HyungWon. Estaban ambos compartiendo la tumbona que el Dios había chasqueado los dedos y vuelto un poco más apta para dos personas, aunque era más certero que decir que Key estaba sobre su novio como pulga aferrada y no sobre la tumbona. HyungWon parecía huesudo, pero era terriblemente suave y cómodo.
Se preguntó con quién hablaba, escuchaba los gritos emocionados de sus amigos desde el terreno improvisado de voleibol; esperó a que alguien respondiera, pero la segunda voz nunca llegó y HyungWon continuaba felicitando a alguien. Se removió un poco en su lugar, no quería despertar realmente porque las leves caricias que HyungWon dejaba en su cintura eran agradables; sin embargo, Kim EunYeong siempre había sido alguien curiosa y, lamentablemente, muy celosa. Sabía que el Dios era completamente devoto a ella, bastaba ver sus acciones para comprobarlo, pero desde que se había enterado que Prosperina había estado en la última reunión de los dioses a la que él había tenido que asistir... su cabeza pensaba más de lo que debía. Según la mitología la única relación de Plutón había sido con la diosa de la primavera, había durado siglos y ella desconocía porqué habían terminado como tal, no es que se quejara, pero le gustaría saberlo.
Suspiró, se sentía tóxica como ChangKyun y eso no era buena señal. Sin embargo, ella tenía sus motivos, a veces sentía que para su novio la cafeína era más importante que ella; literal, llevaban cinco horas en la playa y ni siquiera una vez le había dicho que el bañador que eligió le quedaba bien y no, no pensaba contar cuando lo dijo en medio de uno de sus paseos porque eso sería igualarlo a todas las obscenidades que habían salido de la boca de su novio en ese momento.
― ¿Todo bien, princesa? ―sintió preocupación en su voz mientras la acomodaba mejor sobre él, dejando besitos en sus mejillas― ¿Una pesadilla?
EunYeong negó y se permitió abrir los ojos finalmente, fijando su mirada con la platinada que tanto amaba.
― ¿Hablabas con alguien? ―la pregunta tomó desprevenido a HyungWon, su ceño se frunció y ella temió lo peor.
―No diría que hablaba con alguien, pero supongo que para ustedes esa sería la mejor definición―se encogió de hombros, quitándole importancia―. Sigo realmente sorprendido que el bisabuelo de ChangKyun sea una persona tan interesante cuando él es tan... él.
EunYeong se levantó sorprendida de sus palabras. ¿El bisabuelo de ChangKyun? ¡El bisabuelo de ChangKyun había muerto hacía diez años! Miró a HyungWon, esperando que fuese una broma de su parte, pero cuando vio cómo su novio daba golpecitos de aliento a algo sobre la otra tumbona casi sintió su alma salir de su cuerpo, ¡¿qué demonios hacía ahí un cráneo?! El chillido salió de sus labios antes de que pudiese contenerlo.
