❝No sé quién seas o por qué demonios estás leyendo esto, pero como soy una buena persona, te daré un consejo: si algún día te encuentras con una moneda extraña en cualquier lado, déjala ahí, solo va a traerte problemas; te meterá dentro de un traje...
❝Escondo lo que es real en lo profundo, cuando te des la vuelta, estaré sonriendo❞
𓂅 VeriVery
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YeRim había decidido desde pequeña no seguir el curso de su familia, ser normal, o al menos intentarlo. Sus amigos decían que ella se parecía a su madre por su carácter tierno, pero calculador a la vez; sin embargo, ella sabía que se lo decían porque no querían lastimarle con la verdad, porque ella era la viva imagen de su padre: temperamental, ruda, fría y cabeza dura, lo que a diferencia de Sung TaeJoon, ella sabía poner un límite y cuando las situaciones podían solucionarse con palabras, mientras que su padre solucionaba todo con armas, fuego y destrucción. Ahora mismo, ella estaba cruzando su auto-impuesta línea de retención, porque estaba enojada, muy enojada y no razonaba como de costumbre porque, para colmo, se sentía culpable, había sido un mes de mierda.
No es como si YeRim pudiese ayudar a sus amigos en el campo de batalla, si bien ella había sido adiestrada en el manejo de armas de fuego desde pequeña, en los primeros meses como luchadores de negro la policía había dejado claro que las balas no afectaban, ni siquiera un poco, a los Dæmons; lo que le dejaba detrás, junto a Key intentado ayudarles con información. Ahora mismo eso le estaba carcomiendo. MinHyuk había logrado robarle una extraña tabla de mármol con un idioma antiguo— que ella había logrado descifrar días atrás que era latín, o algo así, porque parecía más antiguo que el arcaico y eso debería ser imposible — al tipo de verde; sin embargo, solo tenía eso, que estaba escrito en algo parecido al latín. Le había pedido ayuda a Key para inventar algo así como un programa que tradujese el escrito, pero sin un patrón fijo les había sido imposible, porque no era un latín cualquiera, era uno que ni siquiera una supercomputadora podía descifrar. Estaban en un callejón sin salida y ella se frustraba cada vez más.
Llevaba tres días sin dormir, diez tazas de café y cincuenta cajas de gomas de mascar y lo único que había podido avanzar era a traducir algo que ella ya sabía: la palabra Titán en una esquina del texto. Se removió el cabello, estresada, no le importaba estar en plena clase y ganarse la mirada asqueada de sus compañeros, ellos no eran importantes para ella y no tenían razón para opinar en su vida. Había llegado tarde, destruyendo su perfecto registro de asistencia y ni siquiera se inmutó, el enojo era mayor. ¡HyunWoo apenas había recuperado la conciencia hacía dos semanas! Tenía que solucionar eso, traducir la tabla y encontrarle alguna debilidad al tipo de verde o la próxima vez sus amigos realmente iban a morir.
—Señorita Sung.—la voz de la profesora hizo que levantase la mirada de su escritorio.
—¿Sucede algo Profesora? —preguntó con un tono tan dulce y tranquilo que hasta a ella le pareció extraño.
Su profesora apuntó a uno de los altavoces sobre la pizarra— Le llaman de la asociación de alumnos.
YeRim no tenía ganas de ir, pero era su obligación. Suspiró, recogió sus cosas y salió del lugar. Intentó arreglarse un poco el pelo, lo que menos necesitaba ahora era que el Jefe del alumnado se burlase de ella, sabía que BaekHyun no lo hacía por mal, pero ella no estaba para juegos y una broma con respecto a su aspecto y lanzaba a BaekHyun por la ventana de una patada. Llegó a la oficina del decano Do y agradeció internamente que solo estuviese él. Había un chico que ella no conocía sentado en una de las sillas aledañas, pero no le prestó mucha atención.
