XIII - And there was no one left

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Tengo el mismo sueño cada noche y aquella vieja historia roza mi oreja.  

𓂅 Dreamcatcher


  EunYeong no entendía que estaba sucediendo del todo, su cabeza daba más vueltas que el símbolo de guardando cada vez que terminaba un proyecto y por alguna gracia divina salía el cartel de: error, y terminaba perdiendo el fruto de seis largas y ...

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  EunYeong no entendía que estaba sucediendo del todo, su cabeza daba más vueltas que el símbolo de guardando cada vez que terminaba un proyecto y por alguna gracia divina salía el cartel de: error, y terminaba perdiendo el fruto de seis largas y extenuantes horas de trabajo.

  Había estado muy tranquila detrás de la barra esperando a que JooHeon volviese de ayudar a MinSeok-oppa cuando los cristales de la cafetería se rompieron y el tipo de verde entró, su mirada fija en ella por lo que parecía. La escena le recordó a la primera vez que YeRim fue secuestrada frente a sus ojos, sólo que esta vez quien miraba de lejos era un cliente asustado y ella era la que era sacada a cuestas e inconsciente del lugar. No había sido una bonita experiencia, pero definitivamente fue mejor que lo que le continuó. Despertó atada de pies y manos a una silla en el centro de un lugar que ella conocía bien, la Torre de Namsan, estaba rodeada de más personas, a quienes intentó llamar por ayuda; fue en vano, estaban aterrorizados por algo que EunYeong no comprendía. Su secuestrador había sido el tipo de verde, si YeRim había salido ilesa las veces anteriores – que habían sido bastantes – ella también tendría oportunidad de hacerlo.

  Realmente pensó así, hasta que, mientras intentaba zafar sus manos de la silla escuchó la voz más horrenda que podía existir. Se volteó y el pánico le invadió al ver a aquellos entes enormes, eran titanes. Su sangre se heló y sintió sus ojos llenarse de lágrimas, iba a morir. Y quizás lo hubiese preferido, pero sus secuestradores tenían un peor plan para ella: darle un asiento en primera plana para la mayor masacre del siglo. Hombres, mujeres, ancianos y niños, todos asesinados de las formas más grotescas posibles y ella había sido obligada a no pestañear mientras ocurría. Jamás había llorado tanto en todos sus años de vida, estaba asustada, aterrada, porque sabía que era la siguiente.

  Había perdido toda esperanza, era imposible que le encontraran, jamás lo habían hecho con YeRim y EunYeong sabía que su caso no sería la excepción. Lloró y lloró, gritó hasta quedarse sin voz hasta que un estruendo se escuchó a lo lejos, no supo bien lo que pasó hasta que se encontró fuera de la habitación, entre los brazos de JooHeon, donde volvió a desahogarse. Sus amigos le habían encontrado, quiso preguntar cómo, pero las imágenes en su cabeza eran demasiado como para dejarle decir más de tres palabras coherentes. Hasta que fue jalada por el tipo de gris, quien la atrajo a su pecho y comenzó a acariciar su cabello al notar como temblaba, al ver que eso no fue suficiente, le reveló su rostro y ella no dudó en refugiarse en ese calor y seguridad que le brindaba el cuerpo delgado y estilizado de HyungWon.

  No sabía qué hacía el chico ahí, ni por qué vestía con lo que parecía ser un modelo superior de la armadura de sus amigos; pero eso no le importaba realmente. No le veía desde hacía tres días y había pensado lo peor, que HyungWon se había aburrido de ella; sin embargo, ahí estaba, había ido a rescatarle pese a que no eran nada más que simples conocidos. Definitivamente era su hombre perfecto.

X-Phenomenon |Monsta XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora