Andre
Andre se pasó las manos por el cabello llenó de angustia porque no puede dejar de mirar a esa pequeña bebé que lleva en los brazos, esa niña está ahí, tan pequeña como recuerda a sus hermanas, tan diminuta que ahora entiende porqué su papá siempre dejaba caer a los bebés, pero lo que no puede y no quiere entender es porqué su mamá acaba de dejarla, litermente la abandonó y la pobre bebé tiene los ojos muy abiertos llenos de lagrimas porqué no lo conoce y él tampoco la conoce a ella.
Ambos son unos desconocidos que acaban de conocerse raramente.
— ¿Andre vendrás a cenar? La cena esta servida y si te tardas se enfriará ¿Andre estas bien? — Le habló su abuela desde la cocina donde la escucha tararear una canción.
Pero lo que no sabe es que hasta el hambre olvidó, Andre suspiro y cubrió rápidamente a la niña con su manta color rosado que su mamá por lo menos se dignó en dejar, tomo esa gran pañalera llena de las pocas pertenencias de la nene y volvió a entrar a la casa solamente para tomar su abrigo ocultando a la bebé de la vista de todos con eso.
— No abuela, ya no tengo hambre. Surgió una emergencia en el hospital — Le dijo tratando de sonar lo más creíble posible — Nos vemos —
Andre salió de la casa de su abuela como alma que lleva el diablo, quizá esta nervioso, quizá no sabe que hacer o quizá ya encuentra al hospital como un refugio a sus problemas, pero caminó hasta allá con rapidez porqué ya no tiene dinero y porqué las luces de la ciudad de la cual su papá es el rey, distraen a una bebé que podría llorar en cualquier momento.
Su cabeza da mil vueltas, no sabe que hacer y sobre todo le duele como mil dolores del infierno, pero sobretodo y lo más importante es que Andre jamás recuerda haber embarazado a ninguna chica, nunca ha sido un hombre mujeriego, siempre es cuidadoso y nunca olvida usar protección, sería un estupido si abandonara a una chica embarazada y él jamás haría eso, sin embargo, hay una bebé que por extrañas razones es idéntica a él y de la cual no sabia su existencia.
Hubiera sido mejor tomar un taxi y llegar rápidamente al hospital, pero su cartera está vacía y su cabeza está tan llena de cosas que podría explotar en cualquier momento, por eso Andre encontró la tranquilidad en caminar y al llegar, en refugiarse ñ en el cuarto de los casilleros del hospital.
Es medianoche y todo está vacío, sólo están la soledad del hospital, él y una bebé que lleva en brazos, esa qué sube y baja rápidamente su pecho cómo si quisiera llorar porqué no sabe dónde está su mamá.
— Es imposible que seas mi hija, yo...— Le dijo en voz baja a esa bebé con los ojos cristalinos — Pero no puedo negar el parecido físico que tienes conmigo, tú, bueno, eres idéntica a mi —
Andre se pasó las manos por el cabello y cerró los ojos con desesperación. Él dolor de cabeza no baja y la sola idea de enfrentarse a una paternidad estando completamente sólo lo hace sentir peor.
— ¡¿Ahora qué demonios haré?! No tengo dinero, no tengo casa, ni un empleo cierto, apenas estoy comenzando con mi sueño y yo no puedo cuidar de ti, lo correcto es que no te haga sufrir más y te regresé con tu madre — Dijo en un carraspeo en voz baja, pero a la bebé no me gustó eso y comenzó a llorar fuertemente, tan fuerte, qué parece que la están matando — No llores, dios, ni siquiera se tu nombre, ¿Bebé? Solo no llores cariño porqué alguien podría escucharnos y pensarán que te robé de los cuneros —
La acuno en sus brazos como hacía con sus hermanos y hermanas cuando eran tan solo unas bebes, le habló de forma cariñosa, le acarició las mejillas y le quitó las manta, sólo que nada de eso funcionó.
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El Rey (Saga Médicos Parte 3)
RomanceDesde pequeño Andre siempre ha tenido claro que quiere ser él mejor médico de Londres, incluso más que su madre, la reina de Inglaterra, pero su obstáculo no es la cantidad de trabajo en el hospital o sus pacientes, sino que es un príncipe sumido...