Alexander
— Yo creo que la bebé se parece mucho a Andre — Dijo Bella recostada en la cama junto al pequeño cuerpo mientras pasa sus dedos por las delicadas mejillas de la bebé — Mira que ojos tan pequeños tiene, es cómo una lagartija o un ovni ¿Entonces si Andre ya es papá, también jugó con su novia, así cómo tú con mamá? —
Alexander dejó su copa de vino sobre la bandeja de plata del sirviente y terminó de abotonarse la camisa mientras los asesores hablan sobre todos los pendientes del día, ni siquiera puede arreglarse solo en su habitación, porque esos hombres de negro y todas esas niñas lo persiguen a todos lados cómo ánimas en pena, pero por supuesto, cuándo sus hijas están con él, nunca hace los pendientes de la Corona.
— Si bueno niñas, mejor hablemos de otros temas que no tengan que ver con cosas de adultos — Replicó entrecerrando los ojos al ver a sus hijas — Aún me gusta pensar que Andre es un niño —
Pero Helena y las gemelas soltaron una fuerte carcajada, muriéndose de la risa y aventandole una par de almohadas que golpearon a los asesores.
— ¿Te da vergüenza hablar de sexo papá? — Le preguntó Helena con una sonrisa maliciosa.
Alexander pasó saliva y fulminó con la mirada a sus hijas, claro que no le da vergüenza hablar de sexo, si tan solo ellas no fueran sus hijas y quizá fueran más grandes podría contarles todas las locuras que cometió en su juventud, claro, sin detalles, pero nunca dejará de verlas como las pequeñas bebés que cargaba en sus brazos, así que no hablará de eso jamás, además esos temas se le dan mejor a Vanessa, de todos modos es doctora y puede que resulte más adecuada para hablar del tema.
— No, no hablaré de eso con ustedes, niñas dementes — Dijo con una sonrisa mientras se acerca hasta la cama donde están recostadas todas su hijas mientras miran el pequeño cuerpo — Ya es tarde, seria adecuado que la bebé se quede esta noche aquí en el palacio —
Una de sus pequeñas cuatrillizas, esa de rostro adorable y cabellos de oro, corrió hasta él y se colgó en sus brazos para que la abrazara, apenas es una pequeña niña muy consentida y un tanto celosa por el nacimiento de un nuevo bebé
¿Pero qué puede hacer?
Vanessa y él solo iban a tener sexo rápido en su viaje a Francia, pero lo último que creyeron es que quedaría embarazada, aunque por lo menos espera qué sea un niño, sólo uno más, porqué todas las mujeres lo están volviendo loco.
Puede que suene ilógico, pero al gran Alexander lo domaron sus queridas hijas.
Y más porque mientras los niños están con mamá, él tiene su habitación y su despacho lleno de niñas, mujeres jugando con sus perfumes, con su Corona, con sus anillos, así que de forma hábil y acostumbrado a las travesuras de sus hijas, camino por la habitación y le cerró hábilmente el cajón de sus joyas a su otra cuatrilliza, no le importaría que juegue por las joyas, pero lo hizo antes de que vea los condones de papá, así que también la tomó en brazos y tomó asiento con ellas en la cama.
— ¿Nos podemos quedar con ella? — Preguntó Bella hipnotizada por la belleza de la bebé — Andre tiene mucho trabajo y la bebé es adorable ¡Cómo un osito! Adoptala papá —
Alexander soltó una carcajada y negó con la cabeza al ver a todas sus hijas mirándolo.
— Por mucho que me guste la idea no puedo hacerlo Bella, no podemos alejar a la bebé de su verdadero papá, pero estoy seguro qué podremos tenerla aquí todos los días y ella estará encantada de tener tantas tías — Dijo posando su mirada sobre su nieta, ella duerme tan plácidamente como lo hacía Andre — Pero si ella estará aquí todos los días, supongo qué debemos llamarla de alguna forma, no podemos decirle bebé todo el tiempo —
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El Rey (Saga Médicos Parte 3)
RomanceDesde pequeño Andre siempre ha tenido claro que quiere ser él mejor médico de Londres, incluso más que su madre, la reina de Inglaterra, pero su obstáculo no es la cantidad de trabajo en el hospital o sus pacientes, sino que es un príncipe sumido...