Capítulo 35

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London 

— Creo que voy a vomitar ¡Paren el auto o vomitare por la nariz! — En cuanto la costosa camioneta de su madre se detuvo, Paris abrió la puerta y se bajo rapidamente del auto vomitando hasta los demonios sobre los sembradíos de flores en La Provenza, dándole un nuevo olor a los perfumes de su abuela — ¡La abuela se pondrá furiosa por esto! ¡Mamá ayúdame! —

London soltó una carcajada mientras recuérdame sus viejos tiempos estando embarazada, pero no puede dejar de burlarse de los síntomas de su hermana, claro que el auto solo tuvo que moverse un par de metros más, porque la casa de su abuela se alza sobre ellos, al bajar, su tia Celine la abrazo poniendole las manos sobre el hombro caminando con ella por el camino de piedra hasta la antigua y misteriosa casa de la abuela 

— ¡Paris deja ya de vomitar! — Dijo Mila tapando su nariz con cara de sufrimiento — Hiciste que mamá se detuviera cada rato por tu culpa —

París llena de coraje y con cara de sufrimiento, miro a su hermana pequeña.

— ¡Ojalá tengas un bebé pronto Mila y así puedas entenderme! —

London cerró los ojos un momento disfrutando del cálido sol sobre su rostro, sonrió y miró a su pobre hermana mayor. 

— Nadie dirá que vomitaste sobre las flores de la abuela, tu secreto está seguro con nosotras —

— Yo se gurdar secretos Paris — Contesto su tía — Como cuando tuve que guardar el secreto de que vi a sus papás teniendo sexo sobre las flores de mi madre —

London soltó una fuerte carcajada, pero su madre fulminó con la mirada a su tía, está solo tomó de los brazos a Paris y la llevo casa adentro seguidas de sus hermanos pequeños, además unos días en La Provenza a todos los hará sentir mejor, pero es una lastima que su padre no pueda venir y no quiere sonar infantil, pero lo extraña muchísimo.

Su madre saco las maletas del auto y se acercó hasta ella entrecerrando los ojos por el arduo sol.

— Cuando eras pequeña adorabas este lugar ¿quieres que te diga porque? —

London se mordió el labio divertida y tomó las maletas para ayudar a su madre.

— ¿Porque adoro a la abuela?

— Porque te comías las flores — Su mamá se pasó las manos por el cabello soltando un dulce aroma — Siempre tenías pétalos de rosa en la boca, dios, siempre fuiste una bebé bastante testaruda, aunque especial —

— ¿Aparte de bonita y ser la hija consentida, que otro don tengo?

— Por ti tu papá y yo estamos juntos, yo...era algo rebelde e inmadura, aún lo fui teniendo a Paris y cometí mucho errores, pero llegaste tú...— Dijo su mamá tomándola de la mejilla — Y entendí que tenía que ser una mejor persona, me siento algo celosa, pero tú siempre tuviste algo especial con tu papá —

London siguió a su mamá hasta el interior de la casa, apenas llegaron hasta este pequeño pueblo y algunas gotas de sudor invaden su frente, por eso ató su cabello en una coleta y bajo los tirantes de su vestido mientras camina escaleras arriba hasta las habitaciones.

La casa es grande, colorida, pero antigua, tanto que hasta las escaleras hacen un extraño ruido de sufrimiento.

— Me temo que entonces todos están celosos de la relación que papá tiene conmigo. El me adora

Su mamá abrió la puerta de una pequeña habitación sin televisión, pero dulcemente adornada como para una pequeña princesa de bajo presupuesto.

El Rey (Saga Médicos Parte 3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora