Tad cruzo el portal, Hiro se despidió al otro lado mientras lo cerraba, el muchacho le había dicho que debía estar atento pues en cualquier momento podían volver a necesitarlo. El emperador asintió con la cabeza y camino hacia su oficina, dónde todos los sirvientes lo felicitaban. La noticia sobre el compromiso había corrido tan rápido que aquellas brillantes cajas blancas comenzaban a llegar. Seguramente en Arrendell estaban igual. Esperaba que Tadashi cuidará bien de la reina, lo había notado entrar a la habitación y no salir en bastante tiempo.
Sonrió mientras se sentaba en la silla de su escritorio y observaba el anillo: un anillo de compromiso tradicional. La única vez que se lo había imaginado fue cuando estaba perdidamente enamorado de Emily. Y ahora, fingia estar comprometido con la mujer de alguien más.
Reina Elsa de Arrendell, Emperatriz de Japón. Después de repetir ese título en su cabeza tantas veces, comenzaba a gustarle la idea. Era una hermosa mujer, inteligente y elegante. Seguramente la nación la amaría, todos estarían felices con su unión. Aquel día que llegó a Japón, las doncellas estaban fascinadas. Pero no podría hacerla feliz, incluso si no hubiera descubierto que eran dos personas diferentes, no podría tener esa conexión. De alguna forma Tadashi y ella habían encajado tan bien el uno en el otro, seguramente alguno de ellos había nacido en la época equivocada y a opinión de él, era Tadashi. El pelinegro tenía madera para ser rey.
De repente, las dos puertas de su oficina se abrieron de para en par dejando ver a Hiram con el rostro lleno de furia e ira. Tad bebió la taza de te que se encontraba en su escritorio, fingiendo que ya estaba preparado para escuchar todos los reclamos que el príncipe traía consigo.
—¿CÓMO SE TE OCURRE? ¿Sabes en qué problema te has metido? ¡Ni si quiera la amas! — Tad dió otro sorbo de té y se levantó de la mesa, enfrentando a su hermano cara a cara.
—Te recuerdo hermanito, que yo soy el emperador aquí. Y mis decisiones no tienen que ser cuestionadas— Hiram apretó los puños y comenzó a caminar por la habitación, estaba desesperado. Tomo una respiración profunda y hablo.
—¿Porque los ayudas? ¿Porque pones en riesgo a nuestra nación por ese estúpido muchacho y la reina?— Tad volvió a repetir las mismas palabras y bebió más te. Con la mirada molesta y viendo fijamente hablo— ¿Es por lo de Emily? ¿Porque tú no pudiste amar ahora eres cupido y ayudas a otros? ¡Deja esas tonterías! ¡Ya está muerta!
Tad escucho como algo acababa de romperse en su corazón. Hiram era demasiado joven para ser tan duro y cruel. Años atrás no lo había entendido y lo apoyaba porque solo era un chiquillo. Y ahora, le pedía olvidarlo. Después de haberlo visto sumergirse en una gran depresión.
—¡Si! Tienes razón, es por eso. Porque me recuerdan a Emily y a mí. Que yo no tenga la oportunidad no significa que no pueda ayudar a otros— el dolor lo había hecho tambalearse y de sostuvo del escritorio— lo hago porque quiero verlos felices. ¿Porqué no lo entiendes? ¿Que te ha pasado para que seas tan cruel?— la voz de Tad comenzó a romperse. El dolor inundaba su pecho, las punzadas parecían como el golpe de una espada. Cerro los ojos y tomo aire con fuerza mientras recobraba la compostura— Es una solución temporal, para que el jefe de la corte la dejé en paz y los rumores se calmen. Nos dará tiempo en buscar una solución.
—¿Y si no la encuentran? ¿Qué pasará?— Tad lo miro y Hiram comenzó a negar, solo el podía entender esas miradas tan claras de él— ¡No! Ni se te ocurra cancelar el matrimonio. ¡Sería una desgracia! Incluso podrían destituirlos a ambos.
—Encontraremos la solución— Tad volvió a su asiento y bebió su tercera taza de te, no estaba funcionando para relajarlo— y si te digo la verdad, podría casarme con ella. Elsa está dispuesta a salvar a su reino, y yo, me gusta la idea de que sea mi esposa.
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Corazón en el Pasado
FanfictionTadashi y Hiro Hamada han logrado construir una máquina del tiempo, sin embargo antes de darla a conocer al mundo deciden viajar al pasado, con la esperanza de conocer el mundo. Un día llegan al Reino de Noruega, dónde la Reina Elsa de Arrendell gob...