Capítulo 5

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—¡Tadashi no esta!— grito Hiro llegando al instituto, inmediatamente Honey y Wasabi se acercaron a él, diciéndole que no lo habían visto y que habían llegado desde temprano. Histérico Hiro corrió hacia el laboratorio donde estaba el cuaderno de Hiram—¡ Se fue, se fue con ellos! — Honey observó la nota sobre el libro, cuando llegó al laboratorio y lo reviso no había nada sospechoso y ni si quiera había notado el cuaderno—Tengo que ir. 

—¿¡Qué?!— pregunto Wasabi preocupado— ustedes mismos dijeron que la máquina del tiempo solo soporta una entrada y una salida, si te vas ahora no volverán hasta mañana ¿Que le diré a tu tía Cass? 

—No te preocupes por eso— Hiro reviso el cuaderno por si encontraba algún mensaje, pero no había nada más que el citatorio a las seis de la mañana. Tadashi se había ido desde hace horas— regresaremos a las seis de la mañana, dile a mi tía Cass que estaremos trabajando hasta tarde y por favor, quédense aquí, es la primera vez que haremos dos viajes en un día, si la máquina falla ustedes podrán repararla.

—Pero...

—¿Pueden...?— la mirada suplicante de Hiro y sus desesperación envuelta, hicieron a Honey ceder y prometerle que se quedaría hasta su regreso. Wasabi quiso protestar pero ya era tarde, Hiro había cruzado ya el portal y estaba del otro lado. Ya conocía perfectamente la habitación de Hiram y se colocó el uniforme real, amarro su pelo en una moña alta y corrió por los pasillos en busca de su hermano. Noto que la princesa Ana estaba en su habitación, suponiendo que estaba enferma, paso a saludarla. Ella le dijo que se encontraría bien después de tomarse la medicina, sin embargo las dudas se quedaron con el y los síntomas de la pelinaranja. La joven princesa le dijo que su hermana le había contado que iría a cabalgar con el emperador, así que inmediatamente bajo las escaleras y corrió a los establos. En su camino por la cocina y el almacén, se encontró con Tad. 

—¡Hiro! Que bueno que veniste... 

—¿Dónde está?— le interrumpió furioso. Confundido le pregunto el porque no iba venir originalmente— ¿Eso te dijo? No me avisó del citatorio, no lo sabía hasta que desperté y él no estaba. ¿Desde que hora está aquí? 

—Desde el amanecer como 7 de la mañana, de hecho tomo el desayuno de la reina. 

—¿Porqué el citatorio tan urgente de tenerlo aquí?— Tad le explicó lo sucedido por la noche y Hiram estaba tan preocupado que su mejor alternativa era tener a Tadashi junto a la Reina durante su visita, solo de esa manera asegurarían la paz entre las naciones. Hiro quiso indagar más entre su historial con las mujeres y se pregunto cómo es que Tadashi se podía hacer pasar por aquel. 

.....

Tadashi y Elsa reían por los pasillos del castillo mientras caminaban hacia el establo. Elsa pudo notar lo divertido que era el joven emperador y lo atento y cuidadoso que era. No podía evitar sentirse atraída por esa energía extraña que emanaba. 

—Y entonces yo le grite a los cachorros que avanzarán pero no estábamos bien sujetos mi hermano y yo, los cachorros salieron corriendo pero nosotros nos quedamos en la arena— Elsa reía a carcajadas. Tadashi pudo comprobar lo que se decía de los antiguos reinos, las paredes tienen oídos. Era inevitable no sentir la presencia de las sirvientas espiando por las paredes o tratando de parecer que trabajaban. La risa tan contagiosa de la Reina inundaba los pasillos causando la curiosidad de muchos. Llegaron a los establos, dónde le entregaron ropa de montar a cada uno y se cambiaron en los respectivos vestidores. Elsa cambio su vestido por unos pantalones azules marino con una línea mostaza en los costados y una blusa de botones blancos, acompañado de un saco azul marino con las mangas mostaza y el cuello decorado con tejidos parecidos a copos de nieve en color mostaza. Cuando Tadashi la miro, no pudo evitar sentirse atraído. El traje de la joven reslataba mucho mejor su figura y la hacia ver cómo una mujer independiente y fuerte. Entonces se pregunto cómo ella lo vería, sin imaginarse que Elsa grababa en su memoria su aspecto: sus pantalones negros completamente, su camisa blanca y el saco verde oscuro qué hacía juego. Sintió latir su corazón fuertemente cuando la platinada caminó lentamente hacia él y lo tomo de las manos. 

Corazón en el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora