Capítulo 4

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—" Reina de las Nieves"— leyó Tadashi desde su móvil. Desde la partida del Reino de Arrendell le había intrigado cómo era la vida en ese entonces, pero habían pasado casi trescientos años y la información era incierta, nula. Hasta que encontró un cuento que le llamo la atención, en la ciudad de Noruega se cuenta que existió una Reina que creaba la nieve y el hielo para los niños, era de una belleza espectacular y se dice que el palacio de hielo aún existe pero que está escondido entre el perdido pueblo de Arrendell. Sin embargo la Reina dejo un legado, canciones de cuna para los niños y que traspasan de generación en generación.—¿Libre soy?¿Muestrate?¿Mucho más allá? ¿Mil memorias? 

Cada canción tenía un significado diferente, la libertad, encontrarse así mismo, salir de la zona de confort o devolver recuerdos. Si esas canciones eran ciertas le encantaría escuchar a la reina cantarlas. Seguramente tenía una voz angelical y él podía acompañarla tocando el piano. Y entonces algún retratista dejaría guardado el recuerdo. Las fotos de ese entonces se han perdido o tal vez no, rápidamente coloco en el buscador "Reina Elsa y Emperador Tad" pero no había registro de nada ni algún indicio, solo blogs hablando de la Reina de las Nieves. Frustrado se levantó para beber agua e ir al baño, hasta que tomo el cuaderno de Hiram y lo llevo a su habitación. Lo tendría ahí por cualquier emergencia. 

Pasaron las horas y no podía dormir con tranquilidad, tenía un extraño presentimiento que lo hizo despertar a las seis de la mañana. Inquieto miro a todos lados hasta que observo el cuaderno, las letras comenzaban a formarse. Rápidamente tomo el diccionario y obtuvo las cordenadas. Primero corrio a decirle a Hiro pero cuando entro en su habitación y lo vio dormido, tomo una decisión, tal vez su hermano no lo entendería pero tenía que volver a ver a la Reina, quería escucharla cantar. Se vistió y camino descalzo por toda la casa, tomo las llaves de su motocicleta y fue directo al Instituto. Un guardia lo dejo pasar con el pretexto de que tenía la inspiración perfecta y no podía perderla, subió por el elevador hasta su laboratorio y coloco las cordenadas del portal. Dejo el cuaderno de Hiram en el escritorio junto a una notita. "Volveré pronto". Y se adentro al mundo.

—¡Gracias a la tierra que estás aquí!— agradeció Hiram mientras alzaba las manos al cielo, estaba sentado a la orilla de la cama de Tad, mientras esté leía un libro— y ¿Hiro? 

—El no vendrá con nosotros este día— negó con la cabeza— pero ¿Qué sucedió que es tan urgente mi llegada? 

—Hubo un...— Tad comenzó a rodar los ojos— un incidente con la reina. 

—¿Incidente? 

—Las costumbres dicen que no puedo ver a la reina por las noches— dijo el muchacho molesto— y esta noche la encontré en el balcón, hermosa por cierto— ¿Que era aquella sensación de incomodidad que se formaba en su estómago y le apretaba el cuello?— y la primera consejera lo mal interpretó. 

—No solo lo mal interpreto— Tad volvió a rodar los ojos y suspirar mientras negaba con la cabeza— Tad tiene un historial con las mujeres, las seduce y al parecer la primera consejera lo sabe. Así que contamos contigo para mantener una actitud moral decente. 

—Si este, sin ofender— dijo el muchacho señalandolo— es igual de casto que tú. Seguramente tampoco se ha estrenado Las mujeres son para disfrutarse. 

—Pero no como tú lo haces— le corrigió Tadashi— son para disfrutarlas como amigas, confidentes, esposas.. 

—¿Cómo puedes ser del futuro teniendo estás ideas de antiguas? 

—Se trata de moral, no de utilizar a las personas. 

—¡Basta!— intervino Hiram— Tadashi tiene razón y punto. Esta mañana lo pasarás con la reina desde el desayuno hasta el almuerzo. Se afinará el tratado comercial. 

Corazón en el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora