Capítulo 6

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—¡Hiro!— dijo tratando de alivianar el momento y queriendo hacerlo reír pero era imposible. El pelinegro estaba frente a él mirándolo con molestia y preocupación. 

—¿Cómo se te ocurre?— comenzó a avanzar hacia el señalandolo con el dedo— ¿Sabes lo peligroso que es? Siempre me estás cuidando pero ahora ¿Porqué te arriesgas?¿Que hay aquí como para hacerte venir corriendo?— el sonido de la puerta abriéndose hicieron a ambos muchachos retomar la compostura. Elsa salía de la habitación aún vestida como amazona y llevaba un rostro más relajado pero confundido. Le sonrió a Tadashi e inevitablemente Hiro obtuvo una respuesta que se negó a aceptar. 

—¿Todo bien?

—Todo bien majestad—dijo haciendo una reverencia— simplemente le recordaba algunos deberes al emperador. 

—Oh, claro— río Elsa suavemente. Tadashi la miraba atento, recordaba su melodiosa voz y su magia. Podías verla y percibir su aire invernal, su frío acercándose a ti y abrazándote. Sin embargo esa sonrisa, era la calidez en medio de un rostro invernal, lo que algún día fue hielo puro ahora era alegría, amor, paz— si me disculpan, necesito hablar con la primer consejero.

La jóven hizo una leve reverencia y camino hacia su habitación, las doncellas inmediatamente la rodearon y comenzaron a llevarle ropa y comida. Mientras tanto ambos hermanos iban a la habitación de Tad. 

—Tadashi no podemos quedarnos— el muchacho suspiro, lo sabía siempre lo tenían muy presente— es el último día, la máquina del tiempo hizo dos viajes así que solo podremos irnos hasta mañana cerca de media noche— Hiro pensó que sería una mala noticia para su hermano y lo era, pero no lo pareció cuando una sonrisa se formó en el rostro del muchacho. 

—Con eso es suficiente— el muchacho tomo un trozo de papel y el tintero, con delicadeza trato de escribir en el antiguo noruego, sabía que ella podría traducirlo. Olaf, el muñeco parlante caminaba frente a la habitación— ¡Hey Olaf!— el muñeco de nieve se acercó a la habitación mientras los demás se preguntaban que tanto hacia el pelinegro— ¿Me puedes ayudar?— Olaf acepto fervientemente con la cabeza— Entregale esta nota a Elsa, en secreto por favor. 

—¡Claro que sí Tadashi! 

—¿Cómo sabes mi nombre? 

—Elsa lo susurra cuando te ve— el muñeco de nieve comenzó a caminar dejando a Tadashi con un suave sonrojo y una pequeña sonrisa. Piensa en mi, susurro. 

Muy temprano por la mañana Elsa estaba sentada frente al tocador, nuevamente lucía un hermoso vestido rosa claro que se ajustaba a su cintura y caía libre en la falda, el corpiño era de un solo hombro con detalles de hojas color verde a Rosa que se degradaban hasta la cintura. Su cabello estaba recogido en una moña alta y Clarion le colocaba la tiara de cristal. Después de leer aquella nota y atesorarla llamo a todas sus doncellas y les hizo una sola petición "Quiero verme bonita pero natural" todas le dijeron que era hermosa pero que podían resaltar aún más sus mejores rasgos sin lucir como otra persona, la chica acepto y se dejó sorprender. Una doncella le maquillaba los ojos y otra más le pintaba los labios. Se colocó perfume de olor a rosas y se miro al espejo. "Natural y sin exagerar" se susurro a si misma. Agradeció a todas las jóvenes quienes soltaban risitas entre ellas, la reina lucía espectacular. Sin embargo todas las doncellas salieron menos Clarion. 

—Lo sabías ¿Verdad?

—Lo sospechaba, le advertí a la princesa antes de beber ese te de hierbas, si lo bebía perdería al bebé— Elsa bajo la mirada y acaricio el collar de flor natural que le había regalado su hermana, le habían colocado una sustancia especial para que no se marchitara— pensé que se molestaría majestad. 

Corazón en el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora